¡No podemos desmayar!

Efrén Sarango

Cada día renacemos

a la luz de la esperanza,

cada vez con más confianza

en las cosas que emprendemos.

Cada día es una prueba

del trabajo denodado,

del carácter renovado

de la luna, blanca y nueva.

Dar la cara a los momentos

más nefarios es la meta,

a pesar de la obsoleta

andanada de tormentos.

Respirar a cielo abierto

con los ojos en el cielo,

es cubrirse con el velo

que se agita y no está muerto.

Cada noche descubrimos

que la vida es una gloria,

que buscamos la victoria

a pesar que sucumbimos.

Nadie puede detenerse

al primer inconveniente

y pintarse de impotente

sin querer sobreponerse.

Cada día es un intento

para ser más efectivos,

más humanos, positivos

dando espaldas al tormento.

Cada día es una guerra

sin cuartel con uno mismo,

desterrando el egoísmo

que campea en nuestra tierra.

Esta lucha se la gana

con trabajo y verraquera

con las formas y maneras

de la vida azul y ufana.

Nadie puede retirarse

de la vida sin permiso,

sin pactar con compromiso

que permita eternizarse.