La amenaza de un fenomenal daño ecológico en la vía a Catamayo

César Correa

Oswaldo Hurtado inauguró la nueva vía de Loja a Catamayo, la que parte desde el monumento a Isidro Ayora, el 18 de noviembre de 1981, lo que quiere decir que han pasado 40 años y los taludes no se han estabilizado, pues en cada aguacero fuerte que cae sobre el Villonaco se producen derrumbes que muchas veces interrumpen por completo el tráfico. Con la ampliación de dicha carretera a 4 carriles se tendrá que hacer voluminosas excavaciones que dejarán taludes sumamente elevados, se arrasará decenas de hectáreas de bosque y se afectará al paisaje, dejándonos taludes inestables para el resto del siglo. Los gastos de mantenimiento serán cuantiosos, según lo indican los estudios y datos técnicos disponibles en la actualidad.

Los estudios comenzaron en 2011, mediante contrato del Ministerio de Transporte y Obras Públicas y la Asociación de Consultores del Sur, que llegaron a la conclusión de que desde los puntos de vista económico, turístico, ecológico, técnico y de movilidad es la construcción del túnel en el Villonaco lo más conveniente. La información ha sido entregada tanto al MTOP como a las principales autoridades nacionales y provinciales, con el señalamiento de los variados beneficios que para toda la región Sur traería la construcción del túnel. El Ing. Jorge Francisco Alvarado conoce bien el tema y lo ha difundido como más ha podido. 

Catamayo ganaría más que la ciudad de Loja porque gracias al túnel se incrementará mucho su provisión de agua y al reducirse el tiempo del recorrido, se aceleraría el desarrollo urbano por la cantidad de familias con actividades en Loja que preferirían tener su casa allá donde existe un clima favorable para protegerse de las enfermedades que proliferan en el frío. Pero sus autoridades no abren la boca para nada.

Tengo que mencionar que el túnel sería un gran atractivo turístico, lo que no es agradable para los empresarios azuayos. Y si el ministro es azuayo, mis sospechas de que él se va a oponer a esta obra son fuertes, fundamentadas en lo que nos dice la historia. Por eso Rafael Correa delegó la atribución al Municipio de Loja, que legalmente está en capacidad de contratar la obra.

Resulta incomprensible el silencio de los representantes de Loja, del Colegio de Ingenieros Civiles, de las autoridades ambientales y de las organizaciones ecologistas, de los transportistas, de los operadores turísticos, de la Cámara de Comercio, entre otras entidades, que deberían estar reclamando la construcción del túnel y enviando sus delegados a Quito, a defender nuestros derechos, a detener el despropósito de la ampliación de la vía a 4 carriles.