Numa P. Maldonado A.
El 20 de febrero de 1947, nuestro conterráneo Benjamín Carrión fundó la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), en un momento en el que el país atravesaba por una aguda crisis de conmoción política y territorial, y de desaliento, justamente para alentar al pueblo ecuatoriano a no perder la fe en si mismo y, a pesar del grave momento, salir adelante utilizando como principal soporte el desarrollo de la cultura. Desde entonces, la CCE se encuentra extendida, a través de núcleos provinciales y cantonales, en todo el territorio nacional, cumpliendo a cabalidad el noble cometido de fortalecer y difundir la cultura nacional.
La CCE, núcleo de Loja, al momento actual, dirigida acertadamente por Diego Naranjo, cuenta con la infraestructura indispensable: local administrativo propio con espacios para exposiciones de pintura, imprenta, biblioteca y taller-escuela de ballet y danza, y el teatro Segundo Cueva Celi (700 butacas), donde también funciona otro espacio para exposiciones, el Centro de Investigación de la Cultura Lojana (Ciclo) y el taller de piano. Sus espacios, que a la hora actual resultan reducidos, siempre están disponibles a los requerimientos de los artistas y creadores de Loja, el país y otras latitudes, para exponer cualquier manifestación cultural: lanzamiento de libros, conferencias, seminarios… Conjuntamente con la Sección de Literatura, todos los años convoca el Concurso Nacional de Literatura Miguel Riofrío, de amplia acogida… De modo que, en tiempo normal, prácticamente durante las 52 semanas del año calendario, hay actividad cultural dentro de los acogedores espacios de la CCE-Loja. Respetable Institución que cuenta con varias secciones y extensiones en Macará, Celica, Calvas, Gonzanamá, Catamayo y Vilcabamba y edita dos importantes revistas: Mediodía y Suridea , reconocidas a nivel nacional e internacional por la calidad de sus contendidos.
Cabe resaltar que la CCE-Loja cuenta con 15 funcionarios, y precisamente por no pertenecer al esquema de la clásica institución pública nacional, regida por política partidista y empleados itinerantes, generalmente despistados pero vinculados al compromiso del Partido Político triunfante, se ha mantenido con un personal que ha formado un equipo de trabajo solvente, pero principalmente honrado, leal y cumplidor de su deber. Funcionarios que laboran con entusiasmo y sin horario de trabajo rígido (el sobretiempo sin sobresueldo es la rutina normal en este grupo de personas responsables y comprometidas con la cultura de Loja. Por eso, precisamente, con presupuestos irrisorios, aún más durante el tiempo de pandemia, la labor de la CCE-Loja, por ejempló en tareas como la edición de buenos libros y revistas, y la ejecución de proyectos como Loja Lee, se mantuvieron a pesar de las limitaciones de todo tipo… Y pensar que las intenciones de hacer desaparecer la CCE como institución nacional independiente, adscribiéndola al Ministerio de la Cultura y hasta intentando borrar el nombre de su ilustre fundador, no han desparecido, ni desaparecerán… Talvez porque se cumple a pie juntillas la Ley Universal Hermética de la Polaridad: a lo bueno se opone lo malo, a lo honrado lo corrupto..; en este acaso, donde existe una institución ejemplar, consciente o inconscientemente aparecen fuerzas negativas, retrógradas, que se obstinan por hacerla desaparecer. Frente a esta situación, si queremos salir del estancamiento político, económico y cultural, hagamos un ejercicio de sana reflexión alineándonos a los bueno y promocionemos y defendamos su ejemplo.