Como lojanos nos es de principal interés saber con precisión el origen de los Paltas. Lo positivo y lo probado es que llegaron a constituir una civilización avanzada y construyeron una nación, cercana al incario, fuerte y poderosa y un país tradicionalmente agrícola, que pudo alcanzar, antes de la primera conquista Inca, un gran puesto dentro de los escalones culturales de la época.
De no haberse realizado las conquistas del incario y de los viracochas, la evolución palta hubiera llegado a límites insospechables. El oleaje conquistador, esclavitud y apropiación de tierras; las luchas por la independencia y el abandono republicano; no sólo ha paralizado la marcha normal hacia mejores niveles de la agricultura palta, sino que la destruyeron; vencedores y vencidos en pleno periodo de destrucción de una grandeza cultural indestructible. Los vencedores obedeciendo a las tendencias de los siglos guerreros y borran las funciones hasta de simples subsistencias de los vencidos.
Tanto incas como viracochas dirigieron sus actividades y su codicia hacia el oro, y en el curso de su dominio conquistador modificaron profundamente la estructura social de los conquistados. De un orden comunal y de explotación socializada y ordenada, pasó al desorden, al despojo y a la destrucción. Los paltas desdichados abandonaron sus tierras labrantías y buscaron otros refugios en los rincones agrestes y tierras de menor valor agrícola.
Se gestaron las inmensas propiedades llamadas encomiendas y sus braceros los encomendados. El común de indígenas al lado de los poblados y propiedades blancas. Está inhumanidad creó una fuente de mano de obra cómoda para la gran propiedad y la miseria en la subsistencia de la familia conquistada. Se eliminó la importación de negros esclavos y se cimentó, con el nativismo, la economía de la gran propiedad rural. Esta evolución histórica de la propiedad de la tierra pone en claro el estado actual de la agricultura en la provincia, especialmente en la zona serraniegas, en las hoyas y en los valles. Continúan en crecimiento las grandes propiedades rurales a tal punto que buscan absorber las fincas medianas vecinas, de forma forzada o libre, aun siendo este acto parte de instituciones religiosas que hicieron voto de pobreza.
Ya dominan otras ideas reivindicadoras de la propiedad, con el nombre de reforma agraria y colonización, la misma que está todavía en el proceso de formación en todo el territorio nacional. Con todo lo que ha hecho en todos los años de reforma agraria, la magnitud de la propiedad rural, en su posesión y disfrute, tiene ciertos vicios semi feudales. El grado de adelanto agrario depende de la situación económica y de la cultura, hechos adheridos a un pensamiento masivo en decadencia.