Campos Ortega Romero
“Este es un nuevo día/Para empezar de nuevo/Para buscar al ángel/Que nos crece los sueños/Para cantar, para reír/Para volver a ser feliz/ En este nuevo día/Yo dejaré el espejo/Y trataré de ser un hombre nuevo/Siempre se puede empezar de nuevo/Ahora mismo le puedes decir basta/A las cosas que te encadenan a la tarjeta de crédito/A los noticieros que te envenenan desde la mañana/A los que quieren dirigir tu vida/Ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste/Porque la vida es aquí y ahora mismo, por eso Este es un nuevo día”. Versos de la canción: Este es un nuevo día, de la autoría de Facundo Cabral, cantautor, poeta, escritor y filósofo argentino, con una vasta experiencia cultural que aportó, a la humanidad con poesías, canciones y mensajes de amplio conocimiento y vivencias personales.
En reconocimiento a su constante llamado a la paz y al amor, en 1996 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) lo declaró a Facundo Cabral «Mensajero Mundial de la Paz». Ironía del destino, el trovador argentino murió enredado en un hecho de extrema violencia recibiendo tres disparos, dos balas en su cabeza y la otra en el pecho. Este 9 de julio se cumplen once años de la muerte del cantautor; una balacera que no lo tenía a él como destinatario terminó con su vida en Guatemala a los 74 años de edad. La muerte de Facundo Cabral, artista y enamorado de la vida, pero enojado con la injusticia, se suma a la violencia que silencia el arte.
Sus biógrafos señalan que un día impreciso, en La Plata Argentina, su madre Sara dio a luz a su séptimo hijo. Anotó a ese niño con el nombre de Rodolfo, siete u ocho años después y dijo que había nacido el 22 de mayo de 1937. Ese chico fue mudo -se negaba a hablar- hasta los 9 años, analfabeto hasta los 14, de adulto enviudó trágicamente a los 40 y conoció a su padre, Rodolfo, a los 46 porque éste ya lo había abandonado un día antes de que naciera. El trovador de las cosas simples, sabio e intelectual de la música, el que no era «de aquí ni de allá», recibió una de sus peores noticias a los 68 años cuando los médicos le diagnosticaron un cáncer terminal, entre otras enfermedades, del que terminó salvándose luego de cuatro años de tratamiento en Estados Unidos.
El comienzo de su carrera artística lo hace con el nombre de “El Indio Gasparino” sus primeras grabaciones eran las llamadas música comercial y no tuvieron el éxito esperado, para luego convertirse en Facundo Cabral, en 1970 graba “No soy de aquí, ni soy de allá” y su nombre se hizo conocido alrededor del mundo. Influenciado en lo espiritual por Jesús y Ghandi, en literatura por Borges y Whitman, su vida tomó un rumbo espiritual de observación constante a todo lo que le ocurría a su alrededor, no conformándose siempre con lo que veía y su carrera como cantautor tomó el rumbo de la crítica, incomodando a muchos.
Lo cierto es que el mensaje que nos legó Facundo Cabral es todo un compendio de la vida con la que debemos identificarnos como seres humanos. Su música nos motiva a ser mejores en nuestra vida, más generosos, más racionales, más dialogantes más racionales, buenos padres, buenos hermanos, buenos amigos. Sabemos que no podemos ser perfectos pero si hacer un cambio para bien y tener una mejor vida. Aplicando sus canciones y lecciones de vida del Mensajero de la Paz. Recordando su voz y su canción: “Anoche mientras vos dormías, el Señor preparó las maravillas de este día. El sol que estalla en tu ventana, la manzana que brilla en el árbol. Si todo es nuevo por qué no serlo vos también” Nuestro homenaje al cantor de la vida y el amor con mis mejores recuerdos. Así sea.