Por: Ruy Fernando Hidalgo Montaño
Cuando me acuerdo de cómo era Loja cuando era niño me lleno de nostalgia, porque era una ciudad con una tranquilidad franciscana que invitaba a la meditación y al recogimiento, creo que ese ambiente que se vivía por aquel entonces fue el perfecto cómplice para que de esta tierra surgieran tantos privilegiados vates y destacados músicos que han dado tanto lustre a la historia cultural de Loja.
Mas ahora todo es diferente, ya no hay esa tranquilidad a la que me refería y no es que me quedé estancado en aquella época pasada, sino que considero que todo tiene que seguir un proceso armónico y debidamente planificado para cualquier actividad que deseen emprender los ciudadanos comunes y corrientes. Pienso que, en esta ciudad hay demasiado vehículo tomando en cuenta la densidad poblacional de la misma, no manejo mucho las estadísticas exactas, pero a mi entender hay dos carros por lo menos por familia y esto origina un terrible caos en la circulación tanto de vehículos como de peatones, y si a esto sumamos la falta de acción por parte del GAD Municipal que en distintos períodos no ha construido vías de desfogue que permitan descongestionar la parte céntrica de la urbe. La ciclovía, ha aumentado los problemas de circulación pues, aparte del escaso, por no decir nulo uso que se le dan, ocupa casi la mitad, de las calles en su mayoría estrechas del centro de Loja, en donde se concentra un gran porcentaje de la actividad comercial y varios centro educativos, en los que, en horas pico se caotiza el tráfico, la pésima sincronización de los semáforos contribuye al caos, haciendo que los vehículos se detengan por demasiado tiempo, otro aspecto que afecta la fluidez del tránsito es, la excesiva lentitud de algunos conductores que muestran una absoluta pasividad para circular. Todos estos factores, más la desidia, de los dos alcaldes, que se han sucedido en el cargo durante los últimos 40 años de la ciudad, han hecho que la situación se agrave en lugar de solucionarse.
Es de esperar que las futuras autoridades que salgan elegidas, por el favor popular en los comicios de febrero próximo, tomen las medidas adecuadas tendientes a poner coto al congestionamiento vehicular asfixiante que ahora soportamos, más aún, cuando de manera súbita y sin comunicar previamente a la colectividad, peatonizan las arterias principales de Loja originando problemas y embotellamientos que para los conductores se hacen eternos.
Anhelamos que los candidatos a alcaldes especialmente de llegar a ocupar la silla principal del cabildo lojano se dediquen a solucionar de manera práctica y visionaria este inconveniente que viene arrastrando Loja desde hace mucho años, de no ocurrir así, sus promesas caerán en el oprobio del baratillo de ofertas y nada más. Pero si aciertan en la corrección del caos vehicular imperante se quedarán de manera indeleble en la memoria agradecida de su pueblo.