¿El pueblo organizado o desorganizado?

Luis Pineda

Las crisis que vivimos en el Ecuador tienen varios responsables. Desde una perspectiva, quienes tienen los poderes económico, político y cultural. Es decir, quienes controlan el Estado. Desde el otro lado de la moneda, también tiene responsabilidad el pueblo que no está organizado para reclamar sus derechos y cumplir sus obligaciones.

Para profundizar en estas ideas, les presentamos algunos comentarios del padre Pedro Pierre, en su artículo “El pueblo desorganizado será castigado”:

Es lo que está pasando en este momento: La mayoría de los ecuatorianos están castigados por su desorganización. Nunca han sido tan grandes la violencia del sicariato, el desempleo, las desigualdades, el caos de la salud y la educación, la desesperanza de los jóvenes, las mentiras de los medios de comunicación, la ineptitud del gobierno, la corrupción de la justicia, las sinvergüencerías de la Asamblea legislativa, las ganancias de las grandes empresas y mayores bancos, la destrucción de la naturaleza… Pero estas entidades no son las causas primeras del actual descalabro del país, sino la misma indiferencia, inconsciencia, pasividad y desorganización de los ciudadanos. Todo eso sucede porque nosotros dejamos y permitimos que suceda. Mientras seguimos así, esperando a algún salvador milagroso o a un Dios que resolviera los problemas en lugar nuestro, vamos de ir de mal en peor. Un país cambia cuando sus gentes quieren que cambie y toman las medidas correspondientes para eso, tal como pasó o está pasando en Colombia, Chile, Bolivia, México, Venezuela, Cuba.

En los últimos 5 años hemos dejado que el ex presidente Moreno haga y deshaga lo que le dio la gana para entregar el país en manos de los empresarios y banqueros y no hemos sido capaces de defenestrarlo. Más bien hemos confirmado sus andancias con “los 7 veces SÍ” a una consulta popular amañada y anticonstitucional. Hemos aprobado la perversa y mal llamada “Ley humanitaria” que suprimía las leyes en defensa de los trabajadores. Luego hemos confirmado ese desastre eligiendo al banquero que era la mano derecha de Lenín Moreno: No hemos querido reconocer que Lasso iba a profundizar lo que había comenzado a realizar Moreno… Por eso estamos como estamos.

Consciente que está situación desastrosa sigue en muchos países, el papa Francisco no se cansa de mostrarnos del dedo el responsable de esta situación: el sistema neoliberal que califica de “monstruoso y terrorista”. Es particularmente concreto con nuestro continente: “América Latina debe liberarse de imperialismos explotadores”. El papa quiere despertar y animar no sólo a los ciudadanos de a pie sino también, mediante la sinodalidad, a todos los cristianos para que tomen en serio su bautismo, conformándose en “Iglesia sinodal” en manos de los seglares: “Una Iglesia sinodal es como un emblema levantado entre las naciones para el redescubrimiento de la dignidad inviolable de los pueblos y de la función de servicio de la autoridad.”

Como en cualquier época de nuestra historia, los ecuatorianos tenemos la posibilidad y la capacidad de construir un Ecuador mejor. Nuevos grupos sociales, ciudadanos, culturales, juveniles nacen y trabajan con este propósito. Corresponde a “los mirones dejar de criticar, encerrados en su individualismo consumista, para permitir a la inconformidad y la valentía expresarse mediante la unión, la fraternidad y la decisión de cambiar este país rico de tantos valores y ejemplos de grandes virtudes ciudadanas. Eso comienza con el compromiso de cada uno y cada uno de nosotros de organizarnos… porque la inmensa mayoría la estamos pasando muy mal”.