Procedencia de clase de los candidatos a prefecto

César Correa.

Cada clase social tiene sus propios intereses económicos, que llevan a tener una misma ideología necesaria e indispensable para buscar, defender, sostener, prolongar el predominio de esos intereses. Por eso es un buen indicador acerca de lo que las personas van a hacer, determinar a qué clase social pertenecen.

Entre los 12 precandidatos a prefecto tenemos 4 que pertenecen a la burguesía y los demás a la pequeña burguesía, ni uno solo al proletariado. Y no es que todas las organizaciones políticas hayan decidido prescindir de los proletarios, sino que el proletariado local ejerce actividades laborales tan simples que no llega a producir líderes con los deseos y capacidad de asumir responsabilidades de carácter provincial.

La burguesía local no tiene enormes capitales, pero de todas maneras sus inversiones les obligan a alinearse incondicionalmente con la alta burguesía nacional, por lo que naturalmente se adhiere al Partido Social Cristiano o a CREO, son fervientes partidarios del neoliberalismo, de la reducción del tamaño del Estado, de la eliminación de impuestos a las empresas, del recorte de las remuneraciones y más prestaciones a los trabajadores; exigen severas leyes y acciones represivas, aplauden a rabiar las fake news y pagan para que se difundan, respiran con alivio cada vez que se aplica la law fare contra los «comunistas». En este grupo encontramos a Mario Mancino Valdivieso, Jorge Luis Guevara, Kelvin Sigcho Azanza y Nilo Córdova López. Quieren el poder político para conseguir que sus empresas puedan hacer más y mejores negocios. Su discurso va dirigido a forjar la ilusión de que con un famélico Consejo Provincial van a inundar la provincia de emprendimientos.

Los de la pequeña burguesía saben que el sistema ofrece oportunidades para ascender, para ganar espacios en la sociedad y naturalmente sueñan con aprovechar la mayor cantidad de oportunidades que se presenten en el medio. La mayoría ambiciona en convertirse en un nuevo capitalista, en un próspero empresario, en acumular un gran poder político personal. El tinte populista es el dominante en su discurso, que poco se diferencia del que están utilizando los candidatos de la burguesía, esforzándose en proclamar su anticorreísmo.

Sin embargo, motivaciones de otra naturaleza, como fuerte adhesión a las fuerzas que luchan por la justicia social, por la eliminación del hambre y otras lacras que torturan la los trabajadores, está induciendo en América Latina a muchos elementos de la pequeña burguesía a identificarse con las organizaciones que se han propuesto acelerar la decadencia del capitalismo y la llegada del socialismo. Esta propuesta la lidera en Ecuador la Revolución Ciudadana, a la que pertenece Max Íñiguez Íñiguez, conocido a nivel provincial porque infatigablemente ha realizado la defensa del correísmo.