De candidato a mandatario

Diego Lara León

Hace un par de días tuve una amena conversación con un querido amigo, fue imposible no hablar sobre política y elecciones. Él se decía agotado y fastidiado de la campaña electoral y todo lo que pasó alrededor de ese proceso.

Sin duda, muchos tienen ese mismo sentimiento y, así como mi amigo, se definen “anti políticos” que no es lo mismo que “apolíticos”. “El mayor castigo para quienes no se interesan por la política es que serán gobernados por personas que sí se interesan”, afirmó el historiador inglés Arnold J. Toynbee.

Por otro lado, muchos estarán de acuerdo que las grandes decisiones que afectan (positiva o negativamente) el comportamiento y destino de una sociedad se las toma a nivel político, porque nuestro sistema de gobierno indica que los mandatarios tienen el poder para marcar la “hoja de ruta” y “las reglas del juego”, y esos mandatarios que son electos por decisión popular, según nuestra estructura, son políticos que participan en elecciones representando a partidos o movimientos políticos.

Ante esto, se convierte en una contradicción, el pretender dar la espalda a la política y esperar cambios positivos que solo se generan en el ámbito político.

Sin duda esta campaña electoral que acaba de terminar nos deja muchas enseñanzas.

Analizando los resultados luego de haber seguido con atención la campaña que hicieron los diferentes y numerosos candidatos a todas las dignidades, creo firmemente en lo que afirmaba el gran poeta español Antonio Machado: “En política sólo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela”.

Los candidatos que ganaron estas elecciones deberían estudiar el Mito de las cavernas de Platón, no es lo mismo ver el bosque desde afuera que desde adentro, todos quienes hemos ocupado cargos de dirección ya sea en el ámbito público o privado hemos sentido desconcierto al menos una vez, pues cuando creíamos tener todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas.

Recuerden apreciados mandatarios electos que en campaña el pueblo escuchó y ustedes hablaron, ahora es momento que ustedes escuchen.

Tanto mandatarios como mandantes debemos entender también que no hemos elegido ni dioses ni ilusionistas, el éxito de su gestión dependerá de un adecuado equipo de trabajo. “El buen líder dirige a su equipo, el mal líder los empuja”.

Es innegable que 4 años es poco tiempo para transformar la realidad de una sociedad, sin embargo, es tiempo suficiente para cambiar el rumbo. No todo lo que hizo el mandatario anterior estuvo mal, será un acto de extrema madurez y humildad reconocer y fortalecer lo que se hizo bien. Aquello que se hizo mal hay que cambiarlo, para eso también los eligieron. Como se dice en el argot popular, “no lloren sobre la leche derramada” todos los días de su mandato, recordando lo mal que hicieron antes, su esfuerzo y atención debe estar enfocado en el presente y en el futuro, quizá aquello que otro hizo mal fue la causa para que Ud. esté ahí ahora.

Hasta el día de las elecciones fueron candidatos, hoy son nuestros mandatarios, así como suena NUESTROS, de lo que votaron y no votaron por ustedes. Así que, desde hoy a apoyarlos, por supuesto también a criticar con argumentos lo que no esté bien, pero sobre todo a sumarse al gran proyecto llamado parroquia, cantón, provincia y por supuesto país.

Seguro habrá viento en su gestión señores mandatarios electos, confiamos que tendrán la sabiduría para colocar las velas de forma adecuada para tomar el rumbo esperado.