La cultura en la administración pública

Paul Maldonado

Las instituciones públicas locales están inmersas en un ambiente competitivo, ponen a prueba su capacidad en el contexto interno y entorno externo, a la vez deben crear una plataforma institucional para implementar políticas públicas en respuesta a intereses generales de las sociedades. Esto permitirá ser fortalecidas porque son condiciones para garantizar las inversiones en los sectores de la economía.

Para ello se examinarán los resultados en el plazo normativo de implementar el sistema de gestión. Este escenario permitirá conocer cómo contribuir al fortalecimiento del erario público, a través de procesos de planificación hasta la rendición de cuentas; lograr mejores alcances del prototipo de evaluación del desempeño, corresponderá emplear prácticas sistemáticas de coordinación.

Las instituciones públicas deberán ser eficientes por excelencia, basado en modelos para funcionar de forma óptima en sus tareas. Los elementos para considerar en los cambios por planeación, por anticipación o proactivos, pueden ligarse a la necesidad de tomar decisiones con el tiempo suficiente para escoger las rutas de acción que mejor lleven a las instituciones públicas a conseguir sus objetivos y metas. Las responsabilidades directivas en operar sus estructuras institucionales garantizan excelencia en los resultados y se logrará eficiencia en la administración de sus recursos.

Actualmente, los métodos de investigación se rediseñan para justificar la asignación de presupuesto en programas de cada año fiscal. Por consiguiente, la creación de valor es el mecanismo utilizado para evaluar gestiones en términos de resultados, ligados a generar riqueza en el bienestar social es de suma importancia. Entender la cultura en la administración pública como una necesidad ante circunstancias de desarrollo permite comprender la capacidad competitiva de la administración pública.

Por lo tanto, el desarrollo en el sector público pretende armonizar los procesos desde perspectivas estructurales. Para ello se debe examinar los resultados a partir de implantar el sistema de gestión, esto permitirá valorar cómo contribuyen al fortalecimiento de sus capacidades institucionales. El desarrollo y progreso es un paradigma para buscar un cambio planificado en la administración pública, la cual se centra en valores, actitudes, excelente departamentalización, medio ambiente y cultura colaborativa con las personas que integran las instituciones del sector público.