Malas noticias, buenas noticias

Fernando Oñate

Basta con leer el diario, ver algo de televisión o navegar en las redes sociales para que recibamos una mala noticia tras otra. ¿Lo ha notado? Y es que parece que en el mundo solo suceden cosas malas: corrupción, guerra, abuso de poder, enfermedades, narcotráfico, delincuencia, asesinatos y un largo etc. están siempre presentes, ¿Acaso no suceden cosas buenas?

Se han realizado varios estudios con voluntarios de diferentes nacionalidades y culturas, observándose que éstos se mostraban más activos y atentos cuando se les presentaron malas noticias. Este hecho es aprovechado por los medios de comunicación que publican cada vez más y más malas noticias. Sus audiencias aumentan cuando se presentan hechos extraordinarios, impactantes y llamativos; por supuesto, el aburrimiento no vende periódicos. Las redes sociales hacen su parte, difundiendo geométricamente las malas noticias.

Por otra parte, es fácil caer en el denominado “doomscrolling” que es el hábito de pasar demasiado tiempo revisando noticias que solo hablan de lo mal que van las cosas, lo que nos lleva a tener una visión demasiado negativa del mundo, que puede incluso afectar nuestra salud general y mental, gracias a la comprobada correlación entre la ansiedad, la depresión y el consumo de malas noticias.

Pero en estos tiempos hay una muy buena noticia: “Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús” (Efesios 2).

Con Cristo somos transformados en una persona nueva y una nueva vida comienza (2 Corintios 5). Él tiene para nosotros “vida y vida en abundancia” (Juan 10). Con Cristo tendremos un propósito definido: Jesús es “el camino, la verdad y la vida” (Juan 14). Tendremos libertad, pues “si el Hijo nos libertare, seremos verdaderamente libres” (Juan 8). Con Él tendremos paz en nuestras vidas: “La paz les dejo, mi paz les doy; dijo Jesús, yo no se las doy como el mundo la da. No se turbe su corazón, ni tenga miedo” (Juan 14). Y solo Él es capaz de perdonarnos “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1). ¿Ha escuchado una noticia mejor?

Hemos perdido tiempo, no hay duda, pero aún no es tarde, es hora de poner nuestra mirada en el Señor, con Él siempre hay buenas noticias.