Mujer precursora

Por: Sandra Beatriz Ludeña

Viene este artículo para abrir una forma de razonamiento, quién se ha puesto a pensar en el papel de la mujer precursora, pues hoy, como el primer día en la tierra, la mujer tiene esa función de iniciadora.

Nadie sabe dónde estaríamos sin el primer vientre materno y dónde habría vida si no fuera por este designio de precursora, por esto, la naturaleza es perfecta dándole a la mujer bien nacida este tremendo atributo, ahora que llega el día dedicado a homenajear a las mujeres quiero reflexionar sobre esto.

Precursora, le dicen pues, no es letrada, no escribe ni lee columnas en los diarios, pero sabe de la vida más que cualquier catedrático, la he visto cargando los críos a la espalda, enlazándolos con cualquier frazada mientras lleva canastas con mercancías para la venta. 

Es iniciadora de vida, por tanto, su carga no le resulta pesada, no duerme por cuidar sus retoños y, no por eso paraliza su vida, su espalda es un canguro invertido, un campo seguro, en esta tierra minada de hostilidad, así, cría los hijos y genera el sustento, pues es proveedora por naturaleza propia, sus dos mamas lo gritan, la precursora sabe cada día iniciar el mundo en cada paso de mujer.

Que la mujer sufrida no tiene sueños, dicen, porque la vida la hizo dura, pero, resulta ser una precursora, una fundadora de la vida no podría serlo si no hubiera en sus genes la ilusión de un mundo pleno.  Sus sueños los ha pintado con cada sonrisa de su familia y lo hace, tranquilamente tomándose una taza de café de olla, porque para ser mujer bella, no necesita más que su simple y natural feminidad.

Los trabajos de las precursoras no siempre son destacados o descansados, ellas pululan por los lugares más inesperados, están en casas y talleres lavando y limpiando, pero, también están en camiones y carpinterías dando ejemplo de ser precursoras.

Son por excelencia administradoras, saben que no pueden pagar un plan de internet, pero sí la recarga del teléfono, por esto, enseñan a sus hijos a recibir clases virtuales a través de un aparato de segunda mano, que otros desecharon; es maestra de la aplicación de la economía circular, enseña la importancia de reutilizar, reciclar y redireccionar la vida.

Son mujeres a quienes nadie da una medalla, ni saca una foto en el periódico, pero son las precursoras, las primeras, las anunciadoras de un mundo donde se aprende cada día a ser mejor.  No saben del vestido de gala, pero han aprendido a ayudar en la minga, a celebrar en las fiestas del barrio, a colaborar en las fiestas patronales, y allí van vestidas de satisfacción de ser mujeres precursoras.

No tienen título universitario, sin embargo, tienen título de precursoras otorgado por la vida, son verdaderas damas y su belleza no depende del maquillaje o de la zapatilla de cristal.