A Luz Eufemia Quezada, mi cumpleañera y amada madre

Luz Eufemia, un día como hoy —11 de mayo— nuestro Creador te trajo al mundo con el propósito de que sigas el legado de Él, por tal motivo toda tu familia nos sentimos muy honrosos y orgullosos de haber sido y conformado parte de la familia Maldonado Quezada. Luz Eufemia, quiero dirigirme de forma muy especial y sobre todo respetuosa al cielo para decirte y desearte que tengas un hermoso y bendecido día, hoy que nuestro Creador te ha concedido un año más de vida, espero que lo disfrutes como te lo mereces en unión de Clotita y de tu nueva y linda familia. Luz Eufemia, amada madre, de ti recibí los mejores regalos: la vida y tu amor infinito, y aunque jamás podré compensarte por todo lo que has dado por mí, ten por seguro que siempre lo voy a seguir intentando.

Mamacita, hoy quiero desearte que tengas un día maravilloso, de muchas alegrías, que en tu rostro brille la más bella de las sonrisas, que tu corazón se llene de felicidad y gratitud, y que sepas que todo mi amor y admiración son para ti, amada madre. Lucecita, hoy en el cielo están de fiesta por tu onomástico. Mi corazón está triste porque no te tengo aquí conmigo, desearía que el tiempo volviera atrás y darte un gran abrazo, esos que me hacían sentir la persona más adorada del mundo. Espero sepas que fuiste la mejor madre que pude haber elegido. Sé que siempre me has cuidado y guiado por el camino del bien y hoy más que nunca lo harás desde tu nuevo hábitat. ¡Te extraño mucha mamá! Luz Eufemia, siempre te voy a recordar como la mujer pulcra y amorosa, guiándome, enseñándome a ser mejor persona e impulsándome a cumplir todos mis sueños. Desde que te fuiste entendí que me harían falta tus consejos, tus abrazos, y tu apoyo en los momentos difíciles de mi vida. A veces pienso que debería haberte valorado mucho más de lo que te mereces, pues hoy que no te tengo sé que perdí el más preciado tesoro que Dios me pudo dar. Luz Eufemia, hoy es un día importante, en el que llegan miles de recuerdos, y no podía pasarlo sin decirte, ¡te amé, te amo y te amaré por siempre mamá! Luz Eufemia, mi dolor cuando falleciste fue indescriptible, y pasó mucho tiempo hasta que pude recomponerme, pensar en ti no solo como la persona que ya no estaría más a mi lado y a quien no podría volver a ver, sino también a esa persona que de alguna forma estaría siempre a mi lado. En este tiempo he podido aprender y darme cuenta de que todo lo que me enseñaste fue un regalo que me hiciste y que llevaré conmigo durante toda mi vida. No hay un solo día en que no piense en ti, pero ahora lo hago de una manera diferente, dentro de la tristeza de no tenerte. Mamá, te cuento que te extraño en todo momento, y hoy más que nunca porque mi corazón se siente triste por no poder darte un fuerte abrazo de cumpleaños. Madre amada, extraño tus abrazos, esos que me dabas para reconfortarme; extraño tus consejos, esos que parecían muchas palabras, pero que eran toda una realidad; extraño decirte cuanto te amo, aunque sé que siempre intente demostrártelo. Luz Eufemia, te marchaste y dejaste un vacío en mi vida, pero no en mi corazón, pues durante tu vida, te encargaste de llenarlo de amor, de cariño, de cuidado y de buenos valores… Sentiré gratitud por ello eternamente. Luz Eufemia, sé que tuve la mayor de las suertes, porque fuiste tú mi defensora en todo momento, mi guía y sobre todo mi bella madre. Luz Eufemia, quiero que sepas y que estés segura de que te amo con todas mis fuerzas, y nunca te olvidaré, pues fuiste, eres y serás la persona más importante de mi vida, además quiero que sepas que fuiste, eres y serás más que una madre; eres mi mejor amiga y la mejor mujer que conocí y, más que todo, la mejor mamá que pude tener a mi lado, espero que hoy, que es tu cumpleaños, lo disfrutes lleno de paz, tranquilidad y amor en unión de tu nueva y linda familia. Luz Eufemia, amada madre quiero que sepas que si no fuera por ti nunca me habría convertido en la persona que soy hoy. Gracias por ser un modelo a seguir, una madre y una amiga increíble. ¡Feliz cumpleaños en el cielo, amada madre!