Llorar ausente
de sus propios mares;
danzan los colores
entre mil pesares.
Trago amargo
de las tempestades;
se destruye el alma
de las soledades.
Carne yerma
de cansancio llena,
surca el horizonte
con la misma pena.
Ojos tristes
de profundo sueño,
van y vienen juntos
sin señal ni dueño.
Dedos largos
de temor rampante,
buscan las montañas
de mirar andante.
Pesar y angustia
por la ruta nueva,
desfallece el alma
que este sol subleva.