Luz Angélica Febres.
Con el alma, con ciega idolatría
y el corazón rendido, prosternado,
eufórico y de amor alborozado
estos versos te canto madre mía.
«Naciste como el Sol, hermosa un día”
Creciste con su luz clara, dorada,
guiaste cual lucero en madruga,
los pasos de mi vida oscura y fría.
Como extraño mamá, cuántas caricias
que dieron a mi bruna cabellera,
tus manos tersas, blancas cual armiño.
Hoy que en mi senectud esas delicias
no anidan mi agostada primavera,
lloro y quisiera ser de nuevo niño.
Acf.