Nuevamente la migración

Quilanga, 01 de junio 2023

Desde hace algunos días en un portal de periodismo se lee este titular “Más de 200.000 ecuatorianos han sido detenidos en la frontera entre EEUU y México”, textualmente el titular asombra, perturba e indigna, más, sin embargo, es la realidad de un fenómeno que, cada cierto tiempo se agrava, acelera y deja a su paso descomposición familiar y social, deudas, dolor e incluso muerte.

Traigo a mis recuerdos los años 1994-2000, cuando cientos, miles de hombres y mujeres de sectores rurales y de las ciudades, universitarios, jóvenes profesionales, trabajadores, empleados públicos o privados, policías y militares, abandonaban nuestra patria en busca de la utopía del sueño americano y europeo que ilusionaba y llenaba de fantasía, como que si al llegar a sus destinos podrían encontrar el dinero a borbotones.

Nada más engañoso, pues previo al llegar a su destino se enfrentaban a una serie de peripecias que ponían en riesgo su dignidad e integridad y la vida misma, pues, los coyoteros, al final los abandonaban a su suerte dejándolos expuestos a maleantes y criminales.

Los medios de comunicación colectiva nos relataban historias de soledad, dolor y muerte. Los pueblos abandonados y con ancianos cuidando a los niños que lloraban desesperados la ausencia del padre y de la madre, enfrentando deudas impagables a los coyoteros y chulqueros inmisericordes. El dolor de la ausencia del hijo, de la hija con la esperanza de su retorno abrigado por una foto, que hasta la colocaban en los altares invocando la protección divina; la muerte no estuvo ausente en el mar, en el río y en el desierto, sin poder, al menos, mirarlo por última vez. Cuánta historia guardan estos lugares y cuántas historias quedan por descubrirse y contarse.

Avanzando con la lectura del artículo encontramos que, “entre 2020 y lo que va del 2023, la Patrulla Fronteriza de EEUU ha detenido a miles de ecuatorianos que intentan cruzar la frontera con México. La mayoría son adultos y grupos familiares…” Estas cifras son sólo las que se cuentan porque estoy seguro que son mucho más las ecuatorianos y ecuatorianas que salen por aire, mar y tierra a enfrentarse a la incertidumbre, pues, nadie garantiza su llegada, peor su vida.

Hoy, 2023, igual que en la década referida, las causas son similares y casualmente los mismos actores. Crisis política azotada por la tozudez de los líderes gobernantes que responden a intereses particulares personalísimos y de grupos de poder ocultos, muy distantes de querer empezar a establecer definitivamente justicia económica y social generando fuentes de trabajo, empleo digno, vivienda, servicios de salud, educación y seguridad como prioridad del estado para mejorar la calidad de vida. Emocionalmente somos una sociedad afectada a muchos ha llevado a sucumbir en el mudo del alcohol, drogas que terminan en suicidio y muerte.

Es la hora de emprender juntos la defensa de la dignidad, integridad, de la familia y de la vida. No permitamos que nuestros compatriotas pongan en riesgo su vida y hasta la pierdan en la búsqueda de su utopía y emprendamos acciones que construyan justicia y solidaridad que nos lleven a edificarnos como el verdadero país del buen vivir.