Mamá

Madre es el nombre bendito,

que ilumina la vida,

que caminas por la frágil senda,

del amor y oración.

Eres el ángel que orientas el destino con amor

caricia en la vida y consuelo en el dolor.

Eslabón divino, figura maravilla

que entregas la vida como estrella divina

con amor y pleitesía.

Dispuesta a dar tu vida

para vernos crecer y llegar triunfantes

a la cima de la felicidad de la gloria,

eres el alma que solloza

ante la cruz del cielo.

Por eso sin ti Madre querida,

no sabría que hacer

porque eres mi tesoro,

para volverte a ver.

Madre, mis labios balbucean,

por pronunciar tu nombre

y mi espíritu repite,

te quiero madre mía

para cantarte con dulzura

la oración de cada día.

Te amo Madre mía,

con el rosario de la aurora

Porque tu recuerdo,

me besa a cada hora.

en mis libros y poemas te canto mi lacerante pena

con el eco que llegue a tu corazón

y me envíes del cielo tu santa redención.

Callada inocente y pura

sufriste con ternura

la cruz del dolor

para estar junto al redentor

que te llevó al cielo eterno con amor

a gozar de la gloria celestial

dándonos desde allí,

tu santa bendición.

Ante ti me arrodillo madre mía

porque eres el todo para mi

con tus oraciones, consejos y virtudes

cultivas la unidad y paz familiar

y llegar airoso al pedestal de la felicidad.

Autor: Dr. Jaime Enrique Silva Ordoñez