Diego Lara León
Hace pocos días se cumplieron los primeros 100 días de gestión de las autoridades de gobiernos seccionales que en el mes de mayo pasado asumieron el liderazgo de prefecturas, municipios y juntas parroquiales en el Ecuador.
Ya se escucha a varios analistas y medios de comunicación, hacer una revisión de “los primeros 100 días de gobierno”. Pero, se han preguntado, ¿por qué 100 días es el periodo de tiempo para evaluar el desempeño inicial de un nuevo gobierno?
Esta tradición se originó en los Estados Unidos durante la presidencia de Franklin D. Roosevelt en 1933. Roosevelt asumió la presidencia en un momento de crisis económica, y durante sus primeros 100 días en el cargo, implementó una serie de medidas para abordar la Gran Depresión.
Desde entonces, la idea de medir los primeros 100 días de un nuevo gobierno se ha extendido a nivel internacional como una forma de evaluar su capacidad para cumplir con sus promesas y llevar a cabo acciones significativas en el comienzo de su mandato.
Los primeros 100 días de una gestión pública son evaluados porque este período inicial es considerado crucial para establecer la dirección y el estilo de una nueva administración. Durante estos primeros días, los líderes políticos suelen enfrentar numerosos desafíos y oportunidades para implementar sus promesas de campaña, establecer prioridades y demostrar su capacidad de liderazgo.
Son varias las razones por las cuales se evalúan los primeros 100 días de una gestión pública.
Durante las elecciones, los líderes presentan propuestas y promesas para ganar el apoyo de los votantes. Los primeros 100 días son un período en el que se espera que conviertan esas promesas en acciones concretas para mantener el impulso y la confianza de la población.
En 100 días, los líderes deben decidir cuáles son los problemas más urgentes y qué políticas o acciones tomarán para abordarlos. Esta etapa establece el tono para la agenda gubernamental.
También este periodo sirve para generar confianza, que lo líderes lograrán infundir en su población si abordan bien los desafíos iniciales y toman decisiones adecuadas e informadas.
Los ciudadanos y los medios de comunicación suelen prestar mucha atención a los primeros 100 días para evaluar si el nuevo gobierno está cumpliendo con sus promesas y si está trabajando en beneficio de la población.
Muchas veces, los líderes buscan avanzar en proyectos de ordenanzas importantes durante este período, que es cuando existe un mayor respaldo político y público.
Los líderes tienen la oportunidad de implementar cambios rápidos y visibles en esta fase, lo que puede ayudar a establecer su reputación y a influir en la percepción pública.
No esperemos que en 100 días se solucionen todos los problemas mágicamente, recordemos que el desarrollo se lo construye con decisiones estructurales, es de decir a largo plazo. Sin embargo, los 100 primeros días, dictan la pauta de hacia dónde caminará el gobierno y los gobernados.
En estos 100 días, ¿cada uno de nosotros, hemos aportado en algo para que nuestros mandatarios hagan un mejor trabajo? Si la respuesta es no, ¿tenemos que juzgar a nuestros mandatarios? Los 100 primeros días de un gobierno, también son los 100 nuevos días de los mandantes.
@dflara