Historia trece: “Con las recetas de la abuela”

SABEL

Las abuelas son mujeres de la fortaleza y sus recetas buenísimas. Acá una receta, cuando de subsistir se trata.

Decía mi abuela, “si te caen limones, no importa si es chicha o limonada”. Ciertísimo, en estos días de crisis, algo se hace. La abuela, así resolvería: “Para cortar el pan horneado primero tengo que hacerlo, luego sí, a comer el pan”.

Esto dice que lo primero es el trabajo, de ahí se come. Las mujeres somos expertas en subsistencia, por ello, mi abuela con ocho hijos y un esposo a cuestas, no le tocó sino crear sus recetas. Ella nos decía, no importa si fue temblor o terremoto, guerra o pos guerra, con el hambre no se juega.

En alguna ocasión, una mujer se quejaba con mi abuela y decía: ¿qué hago si no tengo trabajo? La abuela, hurgaba en la amiga preguntando: ¿qué sabes hacer hijita? La mujer confundida no respondía, y mi abuela le sugería: sabes cocer, sabes lavar, sabes limpiar, sabes cocinar.

La mujer respondía: sí, sí, sí, todo eso. La abuela le replicaba: y de todo ¿qué sabes hacer mejor? La mujer un tanto desconcertada le contestaba: “bueno, creo que cocinar, hago unas ricas patas emborrajadas”.

Entonces toma esas patas y prepáralas, luego sale al mundo y si es preciso grita, que todos se enteren que tú tienes las patas más sabrosas y mágicas del planeta. Di que el que coma tales patas, no le faltarán alpargatas y que nadie sabe hacerlas cómo tú. Con las recetas de la abuela.