De lo aceptable a lo imposible

Quiero instalar ahora un debate triangular entre las expresiones discursivas acerca de la crisis por la pandemia, la verdadera crisis donde la sentimos y las significaciones que tiene todo esto para los diversos sectores de la población, elaborando un análisis de los posibles e imposibles que enfrentan algunos grupos sociales. Las representaciones que tomo para mi análisis son tres: la forma de contratación, la forma de ejecutar la labor y la subsistencia.

Haciendo observación, hablando con la gente, surgen hallazgos como estos: los profesionales de la comunicación reportan que a raíz de la pandemia su carga laboral aumentó. Los que fueron despedidos han tratado de emprender en su profesión; otros, han incursionado en alternativas ajenas al periodismo para lograr sobrevivir.

Sin perder de vista el contexto social, los periodistas han aprovechado la era digital, para simplificar su labor, sin embargo, la precarización laboral ahora se profundizó, difícilmente los emprendimientos logran sostener una nómina, por la disminución de publicidad, con sus estragos, (reducción de plazas de trabajo, cierre de medios y las jornadas extendidas).

La caída de los ingresos modificó la estructura organizacional, y también la forma de trabajo. La gran mayoría de medios contrata a tiempo parcial, y otros por obra cierta. Por esto, hay comunicadores trabajando para dos medios: sea radio y prensa, radio y televisión y otras, para lograr un sueldo que en condiciones normales lo obtenían en un solo trabajo.

Los periodistas que aún tienen relación de dependencia, han sido contratados a jornada especial o parcial, esto reduce el ingreso. Los que conservan sus puestos, hacen jornadas extendidas de labor y teletrabajo. Las reglas del juego son extremas en tiempos de sobrevivencia.

Es aún más apremiante para los independientes, que hacen reportería en calle, quienes se movilizan en transporte público, arriesgándose al contagio de la epidemia. Pero, es más grave para los de medios digitales, que hacen noticia a través de redes sociales, pues, viven de lo que cae en el día.

Los emprendimientos hijos de la emergencia sanitaria, son unipersonales, es decir su estructura depende de una sola persona, un comunicador que abrió un medio para difundir información de interés. Si tiene colaboradores, les paga por pieza periodística. Así se acomodan, porque lo importante es la sobrevivencia.

Así se dice la verdadera crisis de lo aceptable a lo imposible, así se siente la crisis, esto significa, que hay una severa descomposición de la estabilidad laboral, de lo legal que presenta serias fisuras, que difícilmente se logra arreglar con el discurso y las buenas intenciones.