¿Cuál es el desafío?

Esta es una reflexión sentida, en la confusión hay que aportar con ideas que aclararen el camino. Hoy que demasiada gente está sin empleo, los vendedores han tenido que divorciarse de sus negocios, porque las ventas no paran despedirse y la pérdida nos hace ojitos; los que tenemos conciencia social, intentamos ajustarnos y ajustarlos, por eso pregunto ¿cuál es el desafío?

En las condiciones actuales, los estudiantes que salgan graduados no ejercerán su profesión, por falta de vacantes, entonces: “a arremangar los sueños y poner manos a la ubre”. Los que tienen su actividad de años, tendrán que a gusto, ir del pozuelo de acero inoxidable al mejor tiesto de barro, —grandes cambios—, que no serán retroceso. Por eso, hay que analizar ¿en qué consiste el desafío?

Las condiciones específicas para cada uno no son iguales, es de la misma forma en que funcionaba el examen, con el cual, el profesor de especialidad en la universidad nos evaluaba, tenía diferencias entre uno y otro, así el resultado en ningún caso en el aula, era el mismo. En esta prueba de la vida, no funciona la fórmula del chocolate: “una de agua por tres de leche”, mas, es fundamental saber ¿cuál es el desafío?

Las necesidades sociales se han desfigurado, si antes se deseaba farrear, ahora, se elige la seguridad. Si antes apetecía vida social, hoy es mejor en familia. Si antes era bienvenido el trabajo bien pagado sin importar muertos y heridos, hoy el sueldo es lo de menos frente al peligro. Antes, sí, antes…, pero ya no volverá el antes ni el circulante irá de allá para acá como en otro tiempo, todo ha escaseado, y para vender, hay que entender lo que siente el resto. Por eso ¿cuál será mi desafío?

Las empresas ajustan sus políticas según el mercado. Así, en las tiendas locales, antes había cubetas repletitas de treinta huevos, bien lavados la cara, hoy han partido la cubeta en dos de quince, que nos sonríen. Las familias llevan economía austera, antes decían “hay que llevar de todo”, hoy se dosifica la dieta y según la carga nutricional de los alimentos y los productos sustitutos, se optimiza la canasta más pequeña.

Entonces, el desafío consiste en mirar bien. Si es en el trabajo, hay que saber en qué punto estoy. Si el empleo rinde hay que asegurarlo, si por el contrario, es golondrina en verano, tengo que ser “cincuenta oficios y siete necesidades”, pregonando “bueno, bonito y barato”, para ser competitivo.

Si mi desafío está en el hogar, luchar contra el desperdicio y llevarse mejor con la más gorda olla. Así, agregar valor, es un desafío, para a enamorar a mi cliente, amigo, vecino, familiar.

Yo agrego valor en mis actividades, inclusive en esta de escribir, por ello, esta reflexión les cuestiona ¿Cuál es su desafío?