Resulta satisfactorio escribir este artículo al cumplirse un año desde que, por generosa invitación de la Ing. Paola Betancourt Mora, Gerente de Diario Crónica, empecé a escribir artículos de opinión en este prestigioso periódico. Lo hice, luego de haberme quedado, por poco tiempo, sin mi espacio de escritura como resultado del cierre de Diario La Hora de Loja en el que se publicaron por cerca de dieciocho años mis escritos de opinión, gracias a la apertura que tuvo para con mi persona el recordado y valioso hombre público: Dr. Luis Eduardo Vivanco Celi.
Recuerdo nítidamente que al recibir la noticia de que mi columna ya no iba más porque el rotativo lojano, en el que escribí por años, bajaba el telón en medio de la pandemia del covid-19; sentí la misma tristeza que debe sentir el carpintero cuando se ha quemado su taller o el pescador cuando ha perdido su barco.
Saber que mi pasión, vicio y maravilla de escribir artículos de opinión en un periódico llegaba a su fin; me afectó tanto que sentí la pérdida de una de las actividades más queridas y placenteras de mi vida.
En esas cavilaciones que se prolongaron por unas dos semanas, recibí en horas de una mañana de mayo de 2020, la llamada telefónica bienhechora de Paola Betancourt Mora, quien, gentilmente, me invitó a formar parte de la planta de columnistas de Diario Crónica; ofreciéndome un espacio semanal de opinión con tema libre. Paola Betancourt fue tan generosa que me dijo estar dispuesta a publicar al otro día de la invitación realizada, mi nuevo artículo. Le tomé la palabra y empecé a escribirlo como un poseso para enviarlo antes del cierre de la edición. Al cumplir mi parte del pacto, Paola, y su hermana Karina -quien labora con acierto y abnegación como responsable de la edición del periódico-, cumplieron con lo ofrecido al publicar en la edición digital del 8 de mayo de 2020 mi artículo “La alternativa del teletrabajo”.
Abierta la posibilidad de seguir en mi empeño de escribir artículos en un periódico, restaba esperar lo más difícil del asunto: merecer una mínima atención de los lectores a mis textos. Para intentarlo, no he tomado otro camino que el de escribir y seguir escribiendo con regularidad sobre diversos temas que pudieran ser de interés de los lectores de esta columna. No sé si lo he logrado, pero si puedo decir que me he esforzado para ello, autoimponiéndome la tarea de escribir semanalmente con respeto al lector y a toda posición ideológica, cultural y religiosa de la ciudadanía. También puedo decir que, en el transcurrir de todo este primer año, he recibido con humildad y alegría, varias expresiones de aliento y motivación de parte de varios amigos lectores, pronunciadas a través de comentarios en redes sociales, llamadas telefónicas, mensajes de texto y tertulias callejeras en nuestra querida ciudad de Loja. Precisamente, eso es y será el poderoso combustible para continuar con mi obstinación de mantener esta columna que hoy cumple una vuelta al sol.
Gracias a Diario Crónica por acogerme en su tribuna de libertad de expresión y a todos los amables lectores que me honran con su lectura.