El sistema financiero nacional en tiempos de pandemia actuó de manera prudente, al mantener los niveles de liquidez frente a la reducción de la actividad económica y pérdidas de empleo sobre los depósitos.
El sistema financiero ecuatoriano está compuesto por 24 bancos que concentran el 73% de los activos, las cooperativas de ahorro y crédito del segmento 1 (las más grandes) mantienen el 21% de los activos, las mutualistas el 2% y las cooperativas del segmento 2 y 3 representan el 4% del total de los activos a nivel nacional.
Las entidades que conforman el sistema financiero nacional reportaron un crecimiento en sus niveles de activos en el orden del 15% en el 2020, lo que se refleja en un incremento del 51% en fondos disponibles y un aumento de inversiones de un 17% en bancos privados y 32% en cooperativas del segmento 1.
Por otra parte, la cartera de crédito alcanzó 44.400 millones de dólares. En el segmento de bancos privados el monto de crédito disminuyó 1,6% con respecto al año 2019, pero en las cooperativas del segmento 1 creció en 8,3%, lo que en total significó que el sistema financiero ecuatoriano incrementó su cartera de crédito total en el año 2020 con respecto al 2019 en el orden del 5,4%.
La evolución de los depósitos tuvo un mejor comportamiento en el año 2020 con respecto al 2019, registró un incremento de 17,9%. Los 51.643 millones alcanzados demuestran que los cuenta ahorristas destinaron una buena cantidad de sus recursos al ahorro y a la inversión, sobre todo por la incertidumbre generada por la crisis sanitaria.
Debido a la reducción de la intermediación financiera las entidades que conforman el sistema financiero ecuatoriano sufrieron una importante caída en los niveles de utilidad en el año 2020 al reportar 310 millones de utilidad, esto significa 59,22% menos que en el 2019, lo que representa una utilidad sobre activos de 0,47%.
El ranking financiero que indica la posición de los bancos más grandes en el Ecuador se lo obtiene con una metodología que analiza: capital, activos, manejo corporativo, ingresos y liquidez. Con base a estos indicadores que son tomados de las cifras de la Superintendencia de Bancos y Seguros, el ranking de bancos grandes al año 2021 en el Ecuador se compone: en primer lugar, el Banco Bolivariano, el Banco Internacional en segundo lugar, en tercer puesto el Banco Guayaquil, cuarto puesto para el Banco del Pacífico, quinto lugar el Banco del Austro y sexto el Produbanco.
La crisis económica que estamos atravesando es quizá la crisis más grave de los últimos 50 años, más grave aún, que la crisis del año 1999. Una de las diferencias importantes entre esa crisis y la actual es que en el año 1999 en el Ecuador existía un debilitado sistema financiero; hoy en cambio, pese a la crisis, el Ecuador tiene un fortalecido y solvente sistema financiero, que aprendió de los errores del pasado y durante estos 20 años “hizo bien los deberes”.
Existen sectores que critican que el sector financiero siga sólido y genere rentabilidad pese a la crisis, argumentan que como a ellos les ha ido mal, a todos debería irles mal, como si “el que al otro le vaya mal hiciera menos difícil mi situación”. Qué bueno para la economía que el sistema financiero haya estado fuerte y soportó con golpes, pero con firmeza una grave crisis como la que estamos pasando.
Vivimos una crisis de liquidez, el sistema financiero debe cumplir un rol principal para apuntalar la recuperación económica.
También hay sectores que reclaman que las entidades del sistema financiero deberían hacer una remisión de intereses, alargar plazos o condonar deudas. Esas decisiones no están en las manos de las entidades financieras. Todo aquello que ha estado en manos de los Bancos y Cooperativas ya lo han realizado como reestructuraciones de crédito, novaciones, etc. Recordemos que para una institución financiera no es negocio cobrar una garantía o vender un activo para recuperar un crédito. El organismo que debe dictar las alternativas imprescindibles para apoyar a la reactivación productiva es la Junta Monetaria y Bancaria. Si un ejecutivo de un banco o cooperativa, decide perdonar intereses, no cobrar créditos o saltarse la normativa podría caer en peculado bancario.
Se necesita capital fresco ojalá internacional para alimentar de liquidez a la economía ecuatoriana, a tasas de interés competitivas y para ello la estabilidad jurídica, la confianza en el Ecuador y un coherente plan de activación productiva son fundamentales.
Aplaudo a las entidades financieras del Ecuador que han asumido el reto de la transformación digital y su capacidad de evolución y adaptación. Ojalá, nos acerquemos cada vez más el Estado, la industria y el comercio, el sistema financiero y la sociedad.
No satanicemos al sistema financiero, sintámonos tranquilos que tenemos un sistema fuerte, solvente y resiliente.