Efrén Sarango
La protesta se avecina
contra el régimen Lassista,
con mirada fatalista,
a la vuelta de la esquina.
Sí señor, la cruel espina
que se hunde inadvertida
nos complica más la vida
en un mar de sinsabores
en toditos los sectores
de mi patria mal herida.
La patada se la siente
en la punta del trasero,
con un sueldo pordiosero
que se esfuma de repente.
De manera recurrente,
de manera repetible
el valor del combustible
se incrementa a tranco largo,
es fatal, un trago amargo
que parece inextinguible.
Y don Guillo se ha cerrado
a buscar una salida
contra el precio en estampida
que nos tiene acongojados
con los ánimos caldeados.
No es posible un corcentaje,
ni tampoco los chantajes
de los grupos gobiernistas,
que nos tildan de anarquistas
porque hablamos con coraje.
Nuevamente mano dura,
nuevamente los abusos,
nuevamente los obtusos
y los mismos caraduras.
Nuevamente esta lindura
de gobierno mentiroso,
que ofreció tan bondadoso
libre ingreso sin examen,
pero el pueblo ya lo sabe
del engaño escandaloso
Sin pecar de fatalista
y decir que la obra es nula,
si cumplió con la vacuna
de manera triunfalista.
Sí señor, pero la lista
de promesas es extensa,
por lo dicho no es ofensa
que empecemos a exigir
lo que tiene que cumplir
el amigo de Lorenza.