8 de Marzo ¡Triste conmemoración!

Elena Carrión

Sin lugar a dudas, la convicción y la apuesta  por un mundo más justo y humano  me hace evocar el 8 de marzo como una  fecha histórica de triste conmemoración porque nos recuerda  a grandes heroínas artífices de la historia que ofrendaron sus vidas en cruentas huelgas por la igualdad de los seres humanos, que sin lugar a dudas todos aparentemente suscriben,  pero que algunos sectores sociales y estatales en la actualidad  no lo practican; un ejemplo de ello es la indiferencia que existe frente a la desigualdad  entre hombres y mujeres y los efectos que ésta tiene en los diferentes entornos de la vida; tal es así que, aún se visibiliza la exigencia femenina para la intervención paritaria en diferentes participaciones; y, más grave aún, se tiende a ignorar el problema o restarle importancia, no es fácil asumir esta desigualdad. Actualmente se  continúa en la lucha para que se respeten derechos en distintas  áreas como: laborales, sociales, académicas, políticas, económicas… y lograr que exista una igualdad entre mujeres y hombres. Hasta que no se consiga un equilibrio de género positivo, se seguirá conmemorando  cada 8 de marzo para una mañana sostenible, el Día Internacional de la Mujer  con más de cien años de historia.

En el mismo orden,  en esta fecha se rinde pleitesía de reconocimiento a la memoria de valientes mujeres que protestaron  a finales de la primera década del Siglo XX en contra de jornadas de trabajo extendidas, maltrato laboral, salarios inferiores al de los hombres, derecho a ejercer el voto popular, a instruirse y estudiar carreras universitarias, a participar en elecciones populares…

Estas luchas sindicales, se concentraron para la conquista por la igualdad, no discriminación, autonomía y  libertad,  por el reconocimiento de la dignidad y humanidad de las mujeres como seres sujetos de derechos, con capacidad jurídica, laboral, política y social, impulsando de esta manera la reconstrucción de sociedades democráticas, pacíficas y equitativas.

Sin embargo, a nivel mundial, las mujeres en toda su diversidad aún viven discriminación. Las transgresiones a los derechos por la condición de género afectan llegando incluso hasta la vulneración e integridad personal en todo su contexto.

En cuanto al ejercicio de los derechos laborales, las mujeres continúan enfrentando execrables condiciones de trabajo en comparación al de los hombres. Es por ello que,  frente al incremento preocupante de actos de violencia en todos los sectores, urge fortalecer las políticas de prevención y atención estatales, e intervenir significativamente en la calidad del sistema social para erradicar definitivamente el abuso y la violencia en contra de las mujeres por el sólo hecho de serlo. Es importante preponderar que la lucha sigue, hasta  lograr  evitar  enfrentamientos de género.

Hoy 8 de marzo, como mujer me sumo a las voces de alerta frente al incremento de violencia; y, hago un llamado para que las entidades del Estado cumplan con lo establecido en la Constitución, los tratados internacionales de derechos humanos ratificados por el Ecuador y la ley,  con el objeto de asegurar el derecho de las mujeres que habitamos en el Ecuador a disfrutar de una vida libre de abuso y violencia, debemos reflexionar asumiendo que:

“Los derechos de las mujeres son derechos humanos y su reivindicación es un compromiso de toda la sociedad”