Luis Pineda
Los conflictos que estamos viviendo en el Ecuador y el mundo, especialmente la guerra declarada en Asia y las guerras no declaradas nos obligan a volver a pensar ¿qué hacer para construir la paz?
Es necesario mirar globalmente el mundo y darnos cuenta de una realidad que va más allá de los conflictos militares, como nos alerta Eduardo Galeano “El planeta es asesinado por los modelos de vida”.
En un mundo tan diverso, podemos dar un primer paso aprendiendo a ser tolerantes respetando las opciones individuales de cada persona y las opciones culturales de cada pueblo, con la condición de que no afecten la vida de las demás personas.
El respeto o reconocimiento es la consideración de que alguien o incluso algo tiene un valor por sí mismo y se establece como reciprocidad: respeto mutuo, reconocimiento mutuo. El término se refiere a cuestiones morales y éticas, es utilizado en filosofía política y otras ciencias sociales como la antropología, la sociología y la psicología.[]
El respeto en las relaciones interpersonales comienza en el individuo, en el reconocimiento del mismo como entidad única que necesita que comprenda al otro. Consiste en saber valorar los intereses y necesidades de otro individuo.
La tolerancia. Podríamos definir la tolerancia como la aceptación de la diversidad de opinión, social, étnica, cultural y religiosa. Es la capacidad de saber escuchar y aceptar a los demás, valorando las distintas formas de entender y posicionarse en la vida, siempre que no atenten contra los derechos fundamentales de las personas.
El mundo sueña con la tolerancia desde que es mundo, quizá porque se trata de una conquista que brilla a la vez por su presencia y por su ausencia. Se ha dicho que la tolerancia es fácil de aplaudir, difícil de practicar, y muy difícil de explicar.
Acogemos la propuesta de Monseñor Leonidas Proaño: “Debemos actuar antes de que sea demasiado tarde, antes de que la ambición y la codicia de unos pocos conviertan a nuestro planeta en una luna muerta, en un cementerio del espacio”.
Proponemos a las personas de Loja, el Ecuador y el mundo a declarar el 2022: año para trabajar por la paz.