El equilibrio del planeta

Lcdo. Augusto Costa Zabaleta

La naturaleza es sabia, el equilibrio del planeta radica y se fundamenta en la existencia de los reinos animal, vegetal y mineral; el reino animal representado por el ser humano, dotado de sentidos, del intelecto y la razón; el animal inferior por excelencia instintivo, el vegetativo con características propias de la vida, crecimiento y fructificación, y el reino mineral, con fuerzas intrínsecas de la materia, representado por el átomo.

El ser humano que ocupa el peldaño privilegiado en la escala de los seres vivos, con sus atributos especiales, por sus perfección, con una alma intelectiva, que tiene la capacidad de deliberar y tomar decisiones, integrado por la esencia que radica en el mismo ser y de la substancia de que esta integralmente formando; es decir espíritu y materia.

El reino animal, el reino vegetal y el mineral, son la base y el fundamento para regular el equilibrio, la armonía, la biodiversidad y la ecología; la pureza del aire y los raudales del liquido vital; así como la temperatura ambiental y las estaciones; destruir, matar o afectar en cualquier forma la población y el hábitat de plantas y animales, constituye desestabilizar las leyes y requerimientos naturales, y provocar el advenimiento de los desastres y fenómenos naturales.

La matanza de animales es una práctica condenable; ‘’podemos juzgar el corazón de una persona por la forma de tratar a los animales’’, es la expresión del filósofo Immanuel Kant, ese sabio concepto es de una permanencia constante y vigente; la alternativa más viable para una solución inteligente a esta deshumanización y desvaríos improcedentes, es aplicar con templanza y ponderación, el control, la regulación y los requisitos a cumplirse para la tenencia de nuestras mascotas, con la vigilancia de las instituciones competentes reguladoras de este parámetro; para ello existen acuerdos internacionales y nacionales, a más de normas y prescripciones de agrupaciones y sociedades de protección de animales y del medio ambiente.

La educación cimentada en la sociedad; el grado de conciencia que rige el comportamiento individual y el respeto como norma de convivir en comunidad, son los ingredientes que determinan, regulan y optimizan la convivencia del ser humano.