Desarrollo territorial en Ecuador

Eduardo Castillo Gálvez

El término desarrollo y territorio constituyen una estrategia discursiva para mantener un ambiente idílico sobre la construcción de un estado de bienestar imposible de llevar a la realidad social. Sin embargo, en la actualidad, el territorio se refiere a una construcción social, resultado de dinámicas y procesos vinculados a relaciones, estructuraciones, diferenciaciones, inequidades y conflictos entre diversos actores, mientras que el desarrollo consiste en un proceso multidireccional basado en las corrientes teóricas, culturales, metodológicas y culturales de los territorios. En este sentido, el desarrollo territorial constituye un modelo apropiado para repensar las ideas positivistas sobre el territorio y generar procesos productivos en base a las especificidades que ofrecen estos y, al mismo tiempo, convertirlos en unidades de desarrollo.

En la región de América Latina, el desarrollo territorial constituye un concepto de uso reciente; esto se debe a la implementación de políticas públicas y proyectos, con enfoque top down, que no incorporan los conceptos mencionados anteriormente como variables importantes de análisis para desdoblar verdaderas acciones públicas territoriales.

Por ejemplo, en Ecuador, el concepto de desarrollo territorial fue incorporado en los discursos oficiales de antiguos gobiernos. Sin embargo, ha sido término de tergiversación. Eso se puede comprobar al revisar el índice de Gini del país, pues, en el año 2021, presenta 0,493 a nivel nacional, 0,478 en el área urbana, y 0,477 en el área rural; señalando la clara desigualdad en términos de ingreso per cápita que existe en este país según datos que ofrece el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos. Además, en este mismo país, no existe un claro instrumento de planificación territorial que resuelva las demandas específicas y productivas de los territorios.

Por último, se puede mencionar que el paradigma del modelo de desarrollo territorial tuvo que ser abordado y tomado en consideración como mecanismo eficiente contra las repercusiones que, actualmente, la pandemia del COVID-19 ha hecho visibles. Por ejemplo, si se contaba con un modelo de desarrollo y gobernanza territorial, las problemáticas contemporáneas de los territorios serían abordadas desde una dimensión territorial para desdoblar proyectos ejecutados por los actores locales, es decir, crear las vías necesarias de procesos productivos y dinámicas territoriales hibridas entre los actores oriundos al territorio y mercado para que, a través de la innovación territorial y un modelo de gobernanza que permita el dialogo y procesos de colaboración como modelo de negociación, los actores locales, en colaboración con las unidades administrativas territoriales competentes, elaboren estrategias y políticas públicas territoriales que garanticen una vida digna a los territorios urbanos y, más aún, rurales.