Luis Jiménez Tenesaca
En la actualidad, el gobernar implica un acto algorítmico y es que las decisiones son basadas en sistemas automatizadas, en dónde la recolección de datos influirá en la toma de decisiones. A este proceso se llama Algocracia, que para Borges es el gobierno de los algoritmos, pues como un nuevo paradigma de gobierno de las relaciones laborales y sociales, en el que las decisiones humanas son reemplazadas por procesos algorítmicos.
La implicación ética y un marco jurídico fuerte que garantice la privacidad del uso de los datos personales, serán de vital importancia ante el uso de las tecnologías emergentes que implica la cuarta revolución industrial, y es que los sistemas algorítmicos cada vez son más utilizados para categorizar a los individuos y prever sus preferencias a partir de una gran cantidad de datos recolectados sobre ellos.
Hoy en día se puede evidenciar el uso de estos sistemas algorítmicos por parte del sector privado para la oferta de productos y servicios ya que empresas como Netflix y YouTube nos sugieren una programación acordé a nuestras preferencias. Este manejo de los datos almacenados trasladados al ámbito público en sectores que actualmente no tienen un real fortalecimiento institucional como el democrático dónde en base un sistema de algorítmicos se podría predecir las preferencias electorales de la ciudadanía, violentando en primer lugar la privacidad, segundo volviéndose elitista la capacidad de participar de candidatos en las elecciones ya que no todos tendrían la capacidad económica para obtener estos sistemas algorítmicos para su beneficio.
Se debe entender que la política no siempre es la continuidad del pasado, y es que la dinámica actual exige cambios cada vez más profundos tanto en lo jurídico como en la utilización de las tecnologías emergentes, lo mismo sucede dentro de las instituciones públicas, y es que como en toda revolución industrial surge la posibilidad de despidos a puestos relacionados con profesiones denominadas «tradicionales» pero a la vez también surge la posibilidad para profesiones relacionadas con el manejo del almacenamiento de datos y de algoritmos.
Según el profesor Ignacio Criado, la Gobernanza Algorítmica consta de tres capas: la primera abarca a la política, a las estrategias y la regulación, en dónde se toma las decisiones y se exige la transparencia algorítmica; la segunda capa son las organizaciones, los servicios públicos y políticas públicas, en dónde se da el cambio de paradigma de gestión pública a gobernanza algorítmica, y la tercera capa son las personas.
La cuarta revolución industrial ha llegado y el uso de las tecnologías emergentes como la Inteligencia Artificial, por parte de las instituciones públicas es cada vez más frecuente y necesario. Por tal motivo los ciudadanos debemos estar más preparados para enfrentar los cambios que a partir del COVID-19 son cada vez más acelerados, y es que el negarnos, no significa que se podrá evitar la llegada de gobernanza algorítmica sino que al contrario, nos iremos aislándonos por nosotros mismos e incluso para no recibir la prestación de servicios por parte del estado.