Por: Ruy Fernando Hidalgo Montaño
Cuando pensábamos que íbamos a ser testigos de una campaña electoral distinta, nos llevamos la ingrata sorpresa de que esta contienda política no trae ningún cambio; continúa con el mismo estilo de antes, es decir los golpes bajos, las indirectas entre los contrincantes políticos son las mismas, incluso los personajes vienen con las mismas caras de siempre. Según datos confiables un alto porcentaje de los participantes en esta lid, son iguales, solo se han movido las fichas según la conveniencia de algunos, por ejemplo, en Loja los que ayer formaron parte de la revocatoria de José Bolívar Castillo, ahora los vemos mezclados en otros partidos pescando a río revuelto.
Tampoco han desaparecido los tradicionales visitantes, que únicamente se acuerdan de venir a nuestra provincia en busca de réditos políticos, lo penoso del caso es que aún hay lojanos que les creen, cuando solamente sirven para mencionar algunas comidas típicas de los desayunos de nuestra tierra; en resumidas cuentas apenas se nota un cambio en los spots políticos, que al momento son un poquito más equitativos, por lo demás, pese a las normativas vigentes, continua la campaña sucia, y la propagación de rumores falsos que dañan de manera tremenda la imagen de los otros candidatos a nivel moral. Las ofertas que van y vienen en su gran mayoría son utópicas, no se apegan para nada a la realidad de nuestra ciudad y provincia. Un candidato a la Alcaldía de Loja ofreció hacer todos los días de la semana durante todo el año eventos artísticos en parques y plazas de la ciudad, para según él, reforzar la cultura del pueblo lojano; otro aspirante a la misma dignidad ofreció abrir una universidad municipal, ambos, sin el menor empacho, le mienten a la sociedad, que espera respuestas coherentes y realizables.
Un punto que cabe destacar es cómo algunas autoridades seccionales y nacionales aprovechan los recursos que les da la entidad a la que representan para hacer una millonaria campaña política; como se dice que ocurre con el Municipio guayaquileño que en días pasados utilizó vehículos y hasta empleados de la institución para visitar y promocionar su candidatura a la reelección en un barrio de la localidad. Igual acontecen hechos anecdóticos como el sucedido en el reciente debate de los candidatos a Prefectura, cuando dos de ellas, absolutas desconocidas, se pusieron a leer sus respuestas, dando la impresión de haberlas recibido con antelación.
Un factor determinante, para que ocurran las fallas señaladas, es la falta de minuciosidad en la selección de quienes postulan a cargos de tanta responsabilidad. En un inmenso número carecen por completo de formación política, conciencia social y fundamentos éticos, simplemente son improvisados y usados para completar la lista, respondiendo solo a los mandatos doctrinarios de los líderes, que manejan a su antojo su pobre intelecto sin ningún criterio propio. Y seguimos preguntando ¿en qué cambió la campaña electoral? Yo pienso que en nada.