La adicción a los videojuegos

(Luis Antonio Quizhpe)

     Antes se jugaba a las canicas, a los trompos, al yoyó, al pañuelo, al escondite, a la rayuela, a la comba. Hoy en día, la realidad es muy distinta. Nos invade la era digital con el celular, la Internet, la televisión y los videojuegos, al parecer para siempre. Hace décadas nomás no jugar en la calle era algo imposible. Sin embargo, hoy en día las nuevas tecnologías han hecho posible un nuevo y diferente entorno de juego en el que no es necesario salir de casa. Pero, en esta nueva era, surge una gran interrogante: ¿jugar a videojuegos es bueno o malo para la salud mental, en especial de la niñez?

     Entendidos en la materia sostienen que la desventaja está en su gran poder adictivo y, siendo así, raya en lo normal porque estaría comprometiendo las facultades mentales de los niños. Además, su elevado coste y que puede generar trastorno del sueño, entre otros. Los videojuegos pueden tener efectos nocivos y perjudiciales para la salud de los niños, derivados simplemente de su uso. Aunque en un porcentaje reducido (según algunos autores un 1%), desencadenan crisis convulsivas en niños con antecedentes de epilepsia.

      En definitiva, los videojuegos, siendo un pasatiempo tan de moda, tienen sus ventajas y desventajas. Pues, hay voces a favor y en contra, puesto que, empleado con moderación y sabiendo hacer buen uso de ellos, podríamos aseverar que jugar a videojuegos es bueno para el cerebro, porque mejoraría la atención, la memoria y la coordinación visual y manual, así como previene del envejecimiento cerebral, al activar el sistema neuronal. Además algunos defensores sostienen que los videojuegos, estimulan varios sentidos al mismo tiempo, favorecen que los usuarios sean más participativos gracias a la interactividad y que fomentan el razonamiento, el discernimiento y la curiosidad.

     En términos de que es un producto adictivo preocupa a padres y docentes, sobre todo en el caso de los más pequeños, porque los videojuegos pueden provocar rechazo a otro tipo de material didáctico como los libros, los cuadernos o simplemente al contacto con el aire libre y a los juegos fuera de casa, y que a su vez cuentan con otra serie de ventajas que no tienen los videojuegos, como jugar con otros niños y desarrollar habilidades sociales.

     De ahí que, en los últimos años, el uso de videojuegos se haya visto sometido a críticas y detractores. Sin embargo, el tiempo y diversos estudios han demostrado que, con moderación, como todo, jugar a videojuegos es bueno para fortalecer sus competencias. Por eso lo más recomendable es intercalar este tipo de juegos con otros al aire libre y obtener el máximo provecho de todos ellos. Aunque, al tratarse de los más pequeños, la supervisión por parte de padres y maestros es fundamental.

     Entonces, en qué quedamos. Estemos claros que todo lo exagerado afecta la vida normal de los seres humanos, no se diga a los niños que son tan vulnerables. De ahí la necesidad de controlar su uso, a fin de que este recurso, sirva para desarrollar las capacidades intelectuales, fortalecer sus competencias, capaz de que el niño, aprenda a aprehender jugando.