Un nuevo pacto de la regalada gana

Rafael Riofrío Tacuri

Que el anunciado pacto del reparto sirve a la democracia burguesa, claro que sí, sirve además a la sinrazón del electo desideologizado presidente Daniel Noboa. No por ello, vamos a guardar silencio. A los señores Correa, Nebot, Lasso y compañía les decimos desde las organizaciones gremiales y de izquierda que no vamos a rendirnos, que estaremos atentos a los problemas que realmente atentan contra la vida y la dignidad de las personas, como son, el hambre, la pobreza, la discriminación, la desatención a los servicios básicos, la inseguridad; males que son producto de la corrupción y la impunidad.

Arremeter de inicio contra el presidente Noboa no sería justo, pues aún no sabemos el alcance de sus políticas, aunque presumimos afianzarán el modelo neoliberal y favorecerán a los grandes grupos económicos. Pero tampoco nos fiamos de los ofrecimientos de campaña, estos quedaron en la simple generosidad proselitista, fueron un gesto bien calculado para ganar el lado compasivo de la gente y, de lo poco que se escucha, el nuevo gobierno no tendrá la fuerza suficiente para rescatar la institucionalidad del Estado que hoy está sumido en las inhumanas garras de la cicatera plutocracia enquistada en el poder por más de 15 años.

Perdonen que les recuerde los inefables nombres de Osvaldo Hurtado, Febres Cordero, Rodrigo Borja, Sixto Duran, Abdalá Bucarán, Fabián Alarcón, Jamil Mahuad, Gustavo Noboa, Lucio Gutiérrez, Alfredo Palacio, Rafael Correa, Lenin Moreno, Guillermo Lasso, aunque con caretas multicolores, todos se pusieron de rodillas ante la tiranía del FMI, BM y la CIA para recibir las recetas que les asegure el pago de la deuda externa a cambio de miserables migajas y abundante opresión a los sectores populares. Ahora mismo tengo sentimientos contrapuestos de decepción y tristeza por las actitudes agresivas y obcecadas que mostraron estos gobernantes contra el pueblo, por eso me pregunto: ¿quién nos garantiza que Daniel Noboa no hará lo mismo?

Será que la arrogancia de la oligarquía seguirá reproduciendo los mismos episodios torpes por la excesiva voracidad de apoderarse de las arcas fiscales para aumentar sus capitales. Por eso insistimos en voz alta, si el putrefacto pacto servirá para reactivar la economía, para la creación de fuentes de trabajo, para la construcción y reconstrucción de carreteras, para garantizar el presupuesto constitucional del 6% para educación y del 4% para salud, para cobrar los impuestos a los evasores, o servirá para seguir afectando a los bolsillos de las clases más desposeídas del país.

Si ese es el futuro que nos espera, la alternativa es la unidad de los sectores progresistas con los ciudadanos de a pie que buscan el pan de cada día para sus hijos, caso contrario la atención del gobierno será dadivosa aumentando la desconfianza y el riesgo de nuevas fracturas sociales.