Un personaje inolvidable

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Una de las personas que más contribuyó a definir mi compromiso pastoral y político, en la década del 70, fue Enrique Dussel, quien hace pocos días viajó hacia el infinito. Contribuyo con las reflexiones de dos intelectuales para destacar los aportes de Dussel a la humanidad:

Juan J. Paz-y-Miño Cepeda, en su artículo “Enrique Dussel pensamiento liberador en América Latina”, comenta:

“El filósofo argentino/mexicano Enrique Dussel (24/12/1934-5/11/2023), quien falleció hace pocos días y es uno de los pensadores más sólidos de la región, ampliamente reconocido y recordado. Con una erudición fundamentada, Dussel cuestionó la visión occidentalista y europeísta. En sus numerosos estudios reivindicó las culturas de la Mesopotamia y el Medio Oriente, así como las del Asia y África. Pero prestó especial atención a la historia de los pueblos originarios de América. Dussel buscó esclarecer el carácter propio de la historia latinoamericana. Y comprendió muy bien que, en su dialéctica, la región asumió el camino por la libertad entendida, además, como eje de la liberación social, de una parte, y de la liberación frente al colonialismo, el capitalismo y el imperialismo, de otra. Por eso, fue un intelectual marxista comprometido con las causas de los pueblos latinoamericanos, con los movimientos sociales, la Revolución Cubana, el bolivarianismo y los ideales de las izquierdas en el mundo.”

Desde otro ámbito, Marcos Roitman Rosenmann, en su artículo “Enrique Dussel ejemplo de humanidad”, nos aporta:

“Se ha ido un grande entre los grandes. Pensador comprometido, asumió responsabilidades.  El 02 de octubre de 1973, la triple AAA hizo explosionar una bomba en su casa, llevándolo al exilio. Su destino fue México, donde realizó la mayor parte de su obra como profesor de ética y filosofía de la UNAM, y ya en el siglo XXI, asumiendo como rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.

Su vida intelectual giró en torno a dos desafíos. La búsqueda de una ética para la liberación y una política emancipadora. Su visión de un mundo, dirá en Política de la liberación. Historia mundial y Crítica, se conecta y entronca con “el espacio político de los pobres, de las víctimas, las del sur del planeta, los oprimidos, los excluidos, los nuevos movimientos populares, los pueblos ancestrales colonizados por la modernidad, por el capitalismo que globaliza”, subrayando que es el lugar desde el cual “tendremos que ir efectuando la crítica de todo el sistema de categorías de la filosofía política burguesa”.

Profundizó en la obra de Fanon, dialogó con Pablo González Casanova, Darcy Ribeiro, Franz Hinkelammert, los teóricos de la dependencia, y cuestionó las visiones de una conquista y colonización bajo la idea de progreso. Reivindicó la historia de Nuestra América. Supo unir su saber a las luchas de los pueblos originarios y puso especial atención a la revolución cubana. Tuvo palabras para defender la revolución bolivariana.

Su compromiso estuvo al lado de las madres de la Plaza de Mayo, de los oprimidos y explotados, de los pueblos originarios, de los zapatistas, del pueblo cubano, chileno o boliviano. Su pregunta ¿Cómo construir una política emancipadora, anclada en una ética de la liberación?, sigue en pie. Su legado obliga a seguir perseverando. Las nuevas generaciones, aquellas a las cuales Dussel se acercó como maestro y compañero de viaje, encontrarán en sus escritos argumentos suficientes para no desfallecer en tiempos de traición y desafección ética.”