“Con el secreto del tambor”

SABEL

Cuenta la leyenda que hubo un hombre al que le llamaban Tambor. Era un elegido, pertenecía a una cultura nativa, se definía como el chamán y su magia era la percusión y la sincronización con el ritmo de la tierra.

A Tambor recurrían los miembros de su comunidad, para solucionar los problemas sean de salud o convivencia. Pero ¿qué hacía para conseguir sus trances y obtener dones espirituales para la tribu? Su secreto era simple, aprendió a tocar el tambor, extendiendo manos imaginarias a otra dimensión, tocando sin tocar, con la profundidad de lograr la comunicación con otro mundo.

Tambor desenmarañó los misterios de la percusión y logró conectar el ritmo de su instrumento con el latido de la tierra, entrando al estado de “consciencia despierta”.
Usaba la vibración del tambor, para inducir su trance al reino espiritual y su técnica consistía en tocar a un ritmo de tres o cuatro golpes por segundo, del uno al tres, o del tres al uno; alineándose con las ondas tetha. Así Tambor escuchaba entre los golpes, en busca del tono con el que se comunica la gran sabiduría, tomando la información cedida.

No siempre usaba el instrumento. Era él un tambor en su humanidad: en la frente, en su mentón, o en su tórax golpeaba, hacía ritmo, lograba la frecuencia, entraba en tetha y tomaba la información. Como diría mi abuela, sabiduría pura para curar la tristeza, crear alegría, abundancia. “Con el secreto del tambor”.