Desconectados de nuestra esencia, viviendo de la apariencia

Elena Carrión

El ser humano tiene un propósito en la tierra y es el de cumplir con sus fines existenciales que le permitan desarrollarse en sociedad, todo vivenciar y toda experiencia invita a meditar, en especial en estos tiempos de confinamiento y aislamiento familiar y social que nos facilita llegar a un estado de reflexión. Hoy la realidad nos hace ver que no mereció ni merece la pena vivir tan de prisa y en forma delirante haciéndonos olvidar de nuestra esencia para vivir de apariencias.

Ahora que estamos más tiempo en los hogares, quizá conociéndonos anclados en el Ser; en lugar de estar perdidos en la fantasía, de una vida de espejismo; escuchémonos, mirémonos, aceptemos al otro con sus diferencias, conectémonos con la sabiduría íntima que tenemos, vinculada con la naturaleza que nos sustenta como un conocimiento experiencial, sintonicémonos con esa naturaleza espiritual y amorosa que todos poseemos, descubramos qué sentido le queremos dar a la vida como individuos, como familia, como humanidad y como sociedad en todo su contexto.

Debemos considerar que existe una corresponsabilidad social. Actualmente se evidencia que se está priorizando lo económico, lo banal, nos estamos destruyendo unos a otros; falta hacer conciencia del sentido de compromiso que es el de cuidarnos mutuamente, ello implica una interacción recíproca valorando la SALUD y la VIDA, de lo contrario carece de sentido.

Son muchas las personas que hoy en día piensan que tener dinero, es lo que va a solucionar la vida, y esto en la actualidad está costando inclusive la vida misma. Al final, todo antivalor deja vacía a las personas, porque solo llegan a conocer el precio de todo, pero carecen de conocer el verdadero valor de las cosas; y, es ahí cuando el ser humano se frustra porque pierde su riqueza interior y ya nada tienen que ofrecer, desconectándose así de su condición sublime de vida.

No existe un ser en la tierra que sea independiente de la humanidad, el ser humano vive siempre su acción transformadora en un proceso dialéctico de acciones e interacciones, por lo que debemos adaptarnos a este cambio, hoy distanciados de nuestra esencia viviendo de la apariencia, corriendo detrás de una quimera.

Hoy estamos coexistiendo una lección de vida, concibiendo que los seres humanos somos muy frágiles frente a lo desconocido, realidad que nos hace llenar de incertidumbre, es por ello que urge que entre todos reconstruyamos una sociedad mejor, volviendo a practicar los valores, tan ausentes en la actualidad, solo así podremos retornar a nuestra esencia.