Los gobernantes cuando ingresan optimistas al ejercicio del poder desean resolver el cúmulo de problemas que afectan a la colectividad, lo que indudablemente no se puede cumplir por circunstancias de orden interno y externo que se presentan, como actualmente que atravesamos por la contaminación del coronavirus y la variante que eternizan esta enfermedad como la deuda interna y externa que gravita pesadamente en el bolsillo y bienestar del colectivo con nuevos tributos; el señor Presidente se comprometió el día que asumió el mandato a vacunar a 9 millones de ciudadanos en el plazo de 100 días, algo que viene dificultándose porque no se ha elaborado un programa definitivo para cumplirlo en ese lapso ya que a cada momento presentan nuevos horarios para acudir a la inoculación que descontrolan a los posibles beneficiarios según difunden los medios de comunicación, pierden el tiempo y tienen que retornar a sus hogares sin ser atendidos; por otra parte también informan sobre la validez de la vacuna, lo que atemoriza a las personas que dudan sobre la eficacia y la rehúyen. Esperemos que el propósito del Ejecutivo se cumpla y no se decepcione la ciudadanía ya que es necesaria.
Como nos encontramos inundados de delincuencia estatal y callejera que se han vuelto incontenibles, así como el descontrol en el tránsito motorizado que ha convertido en un lago de sangre a las arterias viales interprovinciales y de las ciudades; pues, a diario se informa nuevos delitos cometidos por altos y medianos funcionarios de los gobiernos, delincuentes de “cuello, corbata y bastón con mango de oro” cuyo futuro tiene que resolver la justicia ordinaria sobre graves acusaciones de la fiscalía y además algunos para juzgamiento por la Asamblea Nacional mediante la fiscalización que ha tomado un auge novedoso; también el Vicepresidente de la República detectó en visitas sorpresivas a los hospitales el desabastecimiento de medicinas especialmente en los del IESS; por otra parte no sabemos si es correcta la difusión que hacen las autoridades de policía sobre los procedimientos a utilizar para controlar y tratar de atenuar los delitos que se perpetran al interior de los centros de rehabilitación y los dirigidos por los jefes de las pandillas enclavadas en los centros reclusión, como el difundido de vigilar dichos locales cada 15 días, habida cuenta que “guerra avisada no mata gente”; resulta entonces que ha tenido que brotar la pandemia para saber que habitamos en un país de delincuentes que no solamente afecta a la seguridad ciudadana sino actividades como el turismo y otras.
A todo lo puntualizado y esperando el retorno del Presidente, recuperado de su salud, se programan una serie de reclamos que debe solucionar protagonizados por diversas agrupaciones gremiales, clasistas y de la CONAIE que renovó su directorio y el nuevo Presidente, Leonidas Iza, que en la intervención que hizo luego de su elección, constan reivindicaciones que de no cumplirlas recurrirán a la protesta pública; además, la UNE prepara similares movilizaciones y pendientes varias como la de los transportistas que posiblemente puedan alcanzar sus propósitos con la elevación del precio del petróleo que recomiendan los versados en esa materia que el dinero proveniente sea utilizado con mucha cautela; también enfermeras y médicos que han perdido sus empleos y que en algún cartel decía: “ayer héroes ahora sin empleo”.
Como actualmente la comunicación se hace en forma virtual y se singulariza a instituciones públicas y privadas mediante siglas, sería conveniente que se publique el significado de cada una para conocer que actividad realizan.