Un aniversario esperanzador

La década del 60 fue el despertar de la Iglesia Católica. Por un lado, el Concilio Vaticano II, convocado por el Papa Juan XXIII y se inició en 1962; concluyó en 1962, con la dirección del Papa Pablo VI. Desde otro ámbito, a mediado de 1968, se reúne la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, en Medellín.

Los documentos del concilio y de Medellín fueron el fundamento para los cristianos del mundo, especialmente para Sudamérica, donde se inició una experiencia histórica a partir de la Teología de la Liberación, la Opción de la Iglesia de los Pobres y las Comunidades Eclesiales de Base (CEB).

Las CEBs, nacieron en Brasil y se extendieron por todo el continente. En Ecuador, fueron experiencias excepcionales en las provincias de Pichincha, Guayas, Azuay, Chimborazo y Sucumbíos.

El compromiso pastoral de Mons. Gonzalo López Marañón y la comunidad de sacerdotes Carmelitas Descalzos, junto con los pobladores de Sucumbíos fundaron las Comunidades Eclesiales de Base.

En este año, las CEB de Sucumbíos están celebrando los 50 años de compromiso pastoral. Para tener mayor información, les presentamos algunos fragmentos del artículo de Pedro Pierre denominado “Presente Esperanzador”:

“Las Comunidades Eclesiales de Base de Sucumbíos están de fiesta por cumplirse 50 años de la labor fructífera de monseñor Gonzalo López Marañón. Monseñor Gonzalo, que falleció en Angola en 2016. Por este motivo las Comunidades Eclesiales de Base de Sucumbíos están de fiesta al recordar cuando comenzó su labor fructífera a partir de una reunión pastoral regional de misioneros de 5 países amazónicos en Iquitos, Perú. Era en 1971 y monseñor Gonzalo había llegado de obispo el año anterior desde España. Esta reunión profética en Iquitos fue el bautismo de monseñor Gonzalo en América Latina porque allí decidió tomar en serio el Evangelio.

La reunión pastoral de Iquitos en 1971 tenía estos propósitos tales como comenzaban a hacerse realidad en varios países de América Latina: Ser la Iglesia de los Pobres construyendo el Reino de Dios al colaborar a la liberación integral de todos partiendo de los pobres organizados en Comunidades Eclesiales de Base y Organizaciones sociales. También en Iquitos se dio una especial atención a los Pueblos nativos que vivían en la Amazonía para que se respete su cultura, su sabiduría y sus creencias. Con todo esto se buscaba ser fieles a las enseñanzas y al ejemplo de Jesús de Nazaret, a las palabras del papa Juan XXIII, y a las orientaciones del Concilio y de la reunión de Medellín. Desde esa fecha, hace 50 años, en Sucumbíos se puso decididamente en marcha esta línea pastoral. Se reconoce al nivel de América Latina y de España la labor incansable y ejemplar de monseñor Gonzalo, de los sacerdotes y de las y los misioneros que lo acompañaron con mucha dedicación, como también de las Comunidades de Sucumbíos que respondieron muy favorablemente.”