Un largo proceso ha sido la presencia de un profesional de las Ciencias Sociales que, hoy, simboliza al reconstructor de la identidad de los lojanos: el Dr. Félix Paladines Paladines.
Desde sus luchas juveniles en la “extensión universitaria”, junto a los sectores urbanos y rurales de Loja; luego como profesor de la UNL y UTPL, en perseverantes esfuerzos por mejorar la propuesta académica; capítulo especial merece una función poco conocido en la ciudad de Loja, como coordinador de FODERUMA, donde realizó aportes significativos en la provincia, especialmente, en la zona Quilanga-Jimbura y en el denominado “centro Loja”, donde a más de apoyar a los proyectos de desarrollo de las organizaciones campesinas, fue el eje para fortalecer la educación rural especialmente en la infraestructura y creación de escuelas y colegios. Finalmente, desde la presidencia de la Casa de la Cultura Núcleo de Loja, tuvo un papel fundamental que aún no valoramos lo suficiente los lojanos. Sin contar otras membrecías y distinciones.
El otro aporte, del Dr. Félix Paladines Paladines, se refiere a los estudios sobre la identidad de los lojanos, siguiendo la trayectoria de personajes como: Benjamín Carrión, Alejandro Carrión, Pío Jaramillo Alvarado, Clodoveo Jaramillo Alvarado, Manuel Agustín Aguirre, Alfonso Anda Aguirre, Angel F. Rojas, Reinaldo Espinosa, Agustín Paladines Paladines, Hernán Gallado Moscoso, Galo Ramón Valarezo y un largo etc.
Desde la aparición de “Identidad y Raíces”, nos introduce en el mundo de la valoración de la cultura propia ante los desafíos de la modernidad. En la Introducción a la cuarta educación, es muy explícito cuando afirma:
“La globalización, que entre nosotros en los tiempos actuales equivale a “americanización”, en su afán de homogeneizar nuestras culturas y alcanzar un mundo de mercado total, vuelve más urgente tener una respuesta clara para esa inquietante pregunta. Saber quiénes somos, o sea tener claro el problema de nuestra identidad, nos da fuerzas y optimismo para enfrentar un mundo cada vez más cargado de tensiones y temores: con razón se afirma que el siglo XXI es el siglo de la lucha por la identidad.
Pretendemos que nuestras culturas entren en el proceso de globalización sin desaparecer, conservando sus valores, sus particularidades nacionales y locales, su riqueza y diversidad.
Un pueblo es una cultura. Si se le arrebata su cultura ese pueblo queda sin Norte, pierde su razón de ser, pierde su lugar en la historia.”
En esa dirección sigue caminando con “Reflexiones sobre la Cultura Lojana” y, ahora, da la “clarinada” como diría el poeta, con “¿Por qué escribir la Historia desde la Periferia?”, donde el mismo autor nos señala que “La historia oficial se ha olvidado de los pueblos” y de la historia que vivieron nuestros antepasados.
Ha llegado la hora de volver los ojos a nuestra historia, a nuestra identidad, para caminar hacia nuestro futuro.