La frontera entre Perú y Ecuador es un mito

Por: Carlos Correa Loyola (Calú) (*)

Durante más de un milenio, las culturas vicús, paltas, tallanes, bracamoros, entre otras, compartieron un gran territorio vinculando sus costumbres, comercio, y religión. El imperio Inca con el Tahuantinsuyo, y luego la conquista española agregaron capas de relación histórica, como preparando el futuro de lo que ahora conocemos, doscientos años después, como república. Dentro de este contexto, los pocos años de conflicto entre nuestros dos países, además de las secuelas negativas conocidas, también nos heredaron un distanciamiento mental, un paradigma que ahora nos juega en nuestra contra.

Cuando un estudiante de colegio del norte del Perú termina su formación secundaria, busca opciones de superación universitaria en Lima. Un emprendedor de Chiclayo, Trujillo o Piura anhela forjar su destino comercial también apuntando a mercados de esa capital. La migración interna se deja atrapar por el centralismo, como una gran aspiradora que todo lo atrae y lo devora. Exactamente lo mismo sucede en el sur del Ecuador, las poblaciones de esa zona tienen su aspiración de desarrollo en el norte del país, Quito como capital. La imagen mental que mejor puede describir es la de dos personas de pie dándose las espaldas mutuamente, mirando a sentidos opuestos, tratando de hacer negocios o superarse con contrapartes distantes, sin percatarse que la distancia entre los dos es muy corta.

Estando en Piura, ¿qué está más cerca en recorrido con auto propio? ¿Trujillo o Loja? Es una pregunta capciosa, cada vez que la lanzo muchas personas se equivocan en la respuesta. Loja está más cerca de Piura, sin embargo el norte del Perú compra productos o servicios a Lima. Nuevamente, lo mismo sucede en Ecuador, Machala, Loja, Cuenca o Zamora compran productos o servicios a Guayaquil o Quito, pero no a Chiclayo, Sullana o Piura.

¿Qué propongo? Algo muy simple pero a la vez poderoso para este gran espacio territorial. Propongo que estas dos personas que se están dando la espalda giren hasta encontrarse. Propongo que las “ciudades intermedias” como Chiclayo se conecten con Loja, que Machala haga negocios con Piura, que Zamora encuentre aliados en Jaén. Propongo la creación de un entramado, un tejido, un clúster, un corredor binacional de innovación y emprendimiento.

La frontera entre Perú y Ecuador es un mito, un paradigma mental asociado a distancias o desconfianza. Esta macroregión ecuaperuana no se va a desarrollar con una visión desde Lima y Quito, sino con la tenacidad de sus habitantes cuando empiecen a ver mucho más allá de Tambogrande (en Perú) o de Zapotillo (en Ecuador).

Si bien la pandemia ha afectado la vinculación natural en zona de frontera, por otro lado la vacunación avanza generando salud y Esperanza. Forjemos un destino con una mirada binacional, cumpliendo este bicentenario simultáneo como repúblicas, de tal forma que cuando se reabran oficialmente las fronteras terrestres concretemos ese sueño que nuestros pueblos ancestrales lo vivieron.


(*) Especialista en temas relacionados con emprendimiento de base tecnológica, gestor de proyectos de tecnología en educación superior. Fue líder de Creative Commons Ecuador y ahora es parte del equipo de Creative Commons Perú. Apasionado de todo lo «open» (cultura, gobierno, democracia, acceso, etc.). Es parte del colectivo #LoxaEsMás, cofundador de tallanix, un bróker de negocios binacional de emprendimientos dinámicos e innovadores establecida en Piura. calu@tallanix.com