Aprender y desaprender

Alvin Toffler, que es considerado uno de los padres de la revolución digital, siempre solía afirmar que: “los analfabetos del siglo 21 no serán aquellos que no sepan leer ni escribir, sino aquellos que no sepan desaprender“.

Pero, ¿qué significa desaprender? Una de las mejores definiciones sobre desaprender dice no se trata de borrar y olvidar lo aprendido, de lo que se trata es no ser esclavo de ello. Es decir, tener la capacidad de repensarse uno mismo.

Repensarse es complejo. Aprender no es difícil, lo difícil es desaprender. Desaprender no es lo contrario de aprender. Como dice Xavier Marcet: “desaprender es amortizar recetas que en el pasado nos procuraron mucho éxito como personas o como organizaciones, pero que forman parte de un contexto que dejó de existir”.

Desaprendemos para volver a llenarnos de cosas útiles que nos orienten hacia el futuro. Para aprender hay que querer, para desaprender hay que querer mucho más. Para desaprender hace falta humildad, para desaprender es necesario desterrar la arrogancia. Desaprender necesita apertura de mente, tener abiertas las puertas y las ventanas.

Las frases “yo siempre lo he hecho así” o “esto yo ya lo he probado” son evidencias de que algo que hemos hecho de esa manera, ha funcionado; pero esas frases también son evidencia de una rigidez de mente, porque si el contexto cambia, esa forma de trabajar o esa forma de actuar será nuestra principal limitación. Debemos tener claro que es fundamental desarrollar nuevas formas de aprender y desaprender.

Desaprender es revisar creencias y sustituirlas. Hacer un esfuerzo por desaprender es uno de los supuestos que puede ayudarnos a cambiar de forma radical cualquier aspecto de la vida. Muchas personas u organizaciones no son capaces de vaciar para dejar entrar. La mayor limitación para aprender cosas nuevas son las creencias que nos limitan. Y para llenar la mente de nuevas cosas hay que vaciarla primero.

Por ejemplo, aprendimos que las calles deben ser cada vez más anchas para permitir que más vehículos circulen por ellas, porque “esa es la forma de movernos por las ciudades”. Debemos desaprender y aprender que no necesitamos más autos, necesitamos movernos mejor.

Aprendimos a llamar familia a aquel grupo de personas conformada por papá, mamá e hijos; pero el tiempo nos ha enseñado que familia no es un “molde establecido”, familia es un grupo de personas que comparten sueños y afectos; y, como todo lo bonito en la vida tienen diferentes formas, matices y colores.

Desaprender es ahora mucho más importante que aprender, desaprender debe llevar implícitos en su definición los conceptos de crecimiento, apertura de mente, enriquecimiento, inconformismo y creatividad. Desaprender es abrir nuestra mente a nuevos conocimientos, antes desconocidos o subvalorados.

Para evolucionar reflexionemos: ¿qué dejamos, qué quitamos, qué ponemos, qué cambiamos de sitio y qué recolocamos?