49 Años del asesinato de Rosita Paredes, la Maestra Revolucionaria y Unionista

Rafael Riofrío Tacuri

“Rosita Paredes va del suburbio a la montaña, para los otros, espina, para nosotros aroma, Rosita Paredes vives dentro de la madre obrera, de la madre campesina como eterna compañera…”

Quizá no sea el más autorizado para referirme a Rosita Paredes Jumbo, mujer de pueblo, la compañera maestra, la compañera de la lucha popular; sin embargo, mi convicción social y unionista me obliga a parafrasear algo de ella.  El 10 de agosto de 1973 durante una manifestación de la UNE, la dictadura de Rodríguez Lara, mandó a disparar a matar, ella falleció al día siguiente, el 11 de agosto.

Rosita durante su corta existencia tuvo una gran carga de renuncia y de sufrimiento; pero fue una mujer muy vital, amante de la música y de la educación. Nos dejó su entusiasmo, nos dejó una vida de defensa de principios, de lucha por la libertad y en defensa de los derechos del pueblo y del magisterio, nos dejó un legado de solidaridad adquirido desde sus años en la FESE, donde participa de conversaciones, ideas y reflexiones nuevas y revolucionarias: “Daría mi vida por la FESE” dijo Rosita Paredes y dio su vida por el magisterio y todo el pueblo.

Debido a su condición y su compromiso con las causas populares, toma la valiente decisión de ingresar al Pcmle y seguidamente a la UNE y lo hace desde su concienciación feminista en su lucha por los derechos de la educación pública, de la mujer y de los sectores populares. Tenía muy claro lo que era ser una mujer unionista y comunista. Había que luchar para terminar con una sociedad de clases, basada en la repartición de la pobreza y las desigualdades. Por eso tomó partido por los de abajo, para respirar con ellos, para llevar la música y la cultura al pueblo.

Cuánto le debe la UNE, el Partido y el Pueblo a esta mujer silenciada por una bomba asesina de “bombita” el dictador impuesto por la CIA. Ella sigue siendo una mujer combatiente de una guerra inacabada contra la pobreza, contra la mafiosa oligarquía. Su mayor mérito fue su convicción comunista y la lucha permanente en defensa de sus ideales, una bala criminal segó su compromiso social y político por la vida, sus últimos suspiros fueron gritos de lucha por la libertad y los derechos sociales.

Revelando el Canto al Partido diría que: Rosita Paredes “murió como nació, sabiéndose pura, sencilla y optimista, de pie sobre la tierra como un árbol, en las filas del Partido Comunista…, yo no puedo equivocarme, compañeros, mi amor es del Partido Comunista”.

En memoria de ella, de esa mujer con mayúsculas, de Rosita Paredes Jumbo, en homenaje a la Maestra Revolucionaria y Unionista, la UNE, el Partido y el Pueblo levantan sus banderas rojas reafirmado las ideas y principios en la lucha revolucionaria por la transformación social.