Efraín Borrero E.
Desde muchacho conocí al Dr. Hugo Guillermo González, hombre con presencia refinada y singular carisma. Mi hermano Camilo, que fue su secretario en la Jefatura Provincial de Salud, que en aquel tiempo funcionaba en la pequeña calle detrás del Mercado Centro Comercial Loja, ha manifestado en reiteradas oportunidades que era una persona con una gentileza sin par, honestidad acrisolada, respetuoso al máximo, fiel cumplidor de sus obligaciones, inteligente y con brillante capacidad de gestión.
Hugo Guillermo González, un lojano apasionado por su tierra natal y por cuyos intereses luchó denodadamente, nació el 04 de febrero de 1930. Fue un destacado médico ginecólogo que obtuvo su título profesional en la Universidad Central del Ecuador en 1957.
Durante su vida universitaria se vinculó a la Asociación Lojana en Quito, cuya sede es considerada territorio de la provincia de Loja para regocijo de los lojanos residentes en la capital de la república, en donde la nostalgia se funde con el abrazo emocionado entre paisanos y amigos. Hay quienes recuerdan su entusiasmo para la realización de diversas actividades culturales, artísticas y sociales.
Su inclinación por la ginecología devino por la influencia de su madre, Margarita González Delgado, quien obtuvo el título profesional de obstetra en la Facultad de Medicina de la Universidad Central del Ecuador. En efecto, merced a una beca otorgada por el Ministerio de Sanidad Argentino, siguió los estudios de especialidad en el Instituto de Ginecología y Obstetricia “Alberto Peralta Ramos”, en Buenos Aires.
Por mi gran amigo, Reinaldo Valarezo García, conozco que, a su retorno a Loja, en el año 1960, Hugo Guillermo González contrajo matrimonio con la distinguida dama, Magdalena Carrión Maldonado, con quien procreó tres hijos: Hugo, Fabián y Lucía, reconocidos médicos los dos primeros, y Lucía, Maestra Parvulario de tercer nivel, conformando una maravillosa familia respetable y considerada. Así mismo, que con su gran visión futurista y el respaldo de su tía Julia y su madre Margarita, dotó a nuestra ciudad de una clínica especializada en maternidad, en donde puso al servicio de la colectividad los conocimientos adquiridos.
Haciendo gala de su talento y aptitudes combinó esa actividad profesional con la comunicación, a través de diferentes medios. Fue columnista de los diarios nacionales: El Universo y El Telégrafo, y de los locales: La Opinión del Sur, La Verdad y El Siglo, en el que fungió como Director; además de los semanarios lojanos: El Volante, La Frontera y El Cisne. En el Canal 4 de Televisión de Loja mantuvo los programas: “Diálogo”, “La Medicina en su Hogar” y un segmento de noticias y comentarios.
Pero la más fecunda labor periodística fue la que realizó en Radio Centinela del Sur. Su hijo comentó que esta prestigiosa radioemisora, ícono de Loja, le brindó la posibilidad de hacer un periodismo de vocación y auténtico, donde los principios éticos de la práctica profesional eran rigurosamente respetados. Dijo que su padre tenía programado dos intervenciones semanales: “Comentarios de la semana” y “El médico en su hogar”. En el primer espacio abordaba, sin complejos, los problemas de la ciudad, “los más palpitantes” como a él le gustaba decir. Allí se defendía los derechos de los ciudadanos. Era una antena libre y sin restricciones.
No obstante, como lo señala su hijo y como lo recordamos los lojanos, el programa que más hondamente caló en el sentimiento de las gentes fue “La cabalgata cívica por los barrios de Loja”, que se llevaba a cabo cada año con ocasión de la festividad cívica del 18 de noviembre. Los moradores, especialmente de la periferia de la ciudad, lo esperaban ansiosamente.
Además de transmisiones en vivo y en directo, Hugo Guillermo González acogía en el set de Radio Centinela del Sur a los líderes barriales y en general a quienes deseaban exponer sus necesidades básicas. Era una tribuna abierta para que la gente reclame sus derechos.
Esa infatigable y destacada tarea periodística lo promovió a la presidencia del Núcleo de Loja de la Unión Nacional de Periodistas, desarrollando una labor encomiable. De esa brillante gestión recordamos la organización del Primer Festival de la Prensa Lojana realizado durante los días 22 y 23 de abril de 1966, con la presencia de algunas personalidades a nivel nacional.
Durante el Festival, la doctora Matilde Hidalgo de Procel hizo entrega al Conservatorio de Música de la Universidad, que así se llamaba, en la persona del Dr. Miguel Ángel Aguirre, rector de la Casona, del valioso legado artístico de música inédita del gran compositor lojano, Antonio Hidalgo Navarro. También se entregó a la misma institución la producción musical del egregio maestro, Salvador Bustamante Celi, y se condecoró con la insignia de oro de la U.N.P. a Pío Jaramillo Alvarado. Fue un acontecimiento por todo lo alto, propio del tesón, entusiasmo y vehemencia que ponía de manifiesto Hugo Guillermo González.
En su dilatada trayectoria profesional realizó algunos estudios de especialización en el exterior y fue merecedor de múltiples reconocimientos por su proficua labor, entre ellos: Mejor Ciudadano de Loja 1972 y la Condecoración al Mérito Educativo Primera Clase, Post mortem, por el Ministerio de Educación y Cultura, en 1983.
Ejerció la docencia en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Loja y participó en varios eventos gremiales y académicos a nivel nacional e internacional. Ocupó dignidades en la Municipalidad del Cantón y en la Cruz Roja Provincial de Loja. Fue autor de la obra “Saneamiento y Desarrollo”, además de algunos trabajos académicos de sumo interés, rubricando su talla intelectual, como resaltó Bernardo Cuenca.
Con justicia se ha perennizado su nombre en el Centro de Salud N° 2 de esta ciudad; en un colegio de la parroquia Santa Teresita del cantón Espíndola, y en una Escuela de Educación Inicial de la parroquia El Valle.
En su trajinar periodístico hizo valer el prestigio de su palabra altiva para defender los más caros intereses de Loja, y para inculcar en los lojanos el profundo amor que debemos a la tierra que nos vio nacer.
En su columna “Bisturí” del Semanario El Cisne, edición del 29 de enero de 1967, escribió un sentido artículo: “¡La Belleza de nuestra ciudad requiere colaboración ciudadana!”, en cuya parte final expresa: “Pero estamos profundamente convencidos que por sobre el temor a la multa y el castigo, que surtirá efecto con un reducido número de gentes, el embellecimiento y la higiene de nuestra urbe, depende de la colaboración ciudadana, de su exquisita cultura, y de su gran amor a nuestra tierra”.
Fue un hombre dotado de una dinamia y entusiasmo ejemplares puestos al servicio de su mayor aspiración: procurar el continuo adelanto de Loja. Decía Alejandro Carrión Aguirre “que ser lojano es ser miembro de una religión. Es así: profesamos una fe, creemos en Loja, en su porvenir. Y es también un deber, el de trabajar por ella todos los días de la vida…”
El ilustre galeno, profesor, periodista e intelectual, Dr. Hugo Guillermo González, un lojano “recalcitrante”, cuya memoria guardo con profundo sentimiento de admiración y respeto, falleció el 18 de abril de 1983, en la plenitud de su vida.
Aquí, en esta ciudad que tanto amó se conservan como luz fulgurante sus lucidos pensamientos y edificantes acciones, pero sobre todo el maravilloso ejemplo de cómo debemos querer a Loja y cómo luchar incansablemente por sus mejores días.