Propósito

Solo el ser humano puede preguntarse cuál es el sentido de su vida y, en función de sus necesidades, tratará de responder a esa pregunta. Buscando darle sentido a su vida, se planteará metas y objetivos centrados en alcanzar el estándar de lo aceptado como éxito; y no pocos, pasarán su vida tratando de alcanzar dichos estándares. Pero, y si los objetivos no son alcanzados, ¿cuál será la reacción?

Ningún tigre se deprime por sentirse más pobre que un león, no hay mariposa a la que se le quite el sueño pensando cómo será su siguiente día, no existe un solo oso que se mire a si mismo gordo, ignorante o desaliñado y menos aún un águila que se entristezca porque su parcela sea de tan solo de 1000 hectáreas. No, esas son cargas exclusivas del ser humano y se vuelven cargas porque es frecuente vivir con un propósito equivocado, o lo que es peor, vivir sin un propósito.

Es cierto, nadie puede enseñarnos cual es el propósito de nuestra vida, ni siquiera nuestros padres, ya que es probable que ellos tampoco hayan encontrado una respuesta personal. Unos buscarán el placer, otros la riqueza material, la fama, algunos caerán en una falsa espiritualidad y la lista puede continuar. Entonces, ¿cuál es el propósito de vida correcto?

Quizá no lo sepas, pero el propósito de tu vida es más grande de lo que tu crees, más grande aún que tu familia, tu carrera o tus ambiciones. El Señor le dice a Jeremías “Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado; te había nombrado profeta para las naciones” (Jeremías 1:5). Aún antes de nacer, el propósito de la existencia de Jeremías ya estaba establecido y al igual que con él, el Señor tiene definido un propósito para ti. Tu nacimiento no fue por un azar de la naturaleza, ni a causa del destino, no fue causalidad, ni suerte, ni coincidencia, tienes vida porque el Señor quiso crearte y su propósito maravilloso se cumplirá en ti.

Aquí la pregunta es ¿cómo encontrar el propósito de mi vida? Y la respuesta solo la tiene el Creador, tu descubrirás tu propósito cuando tengas una relación estrecha y directa con él, cuando seas su amigo, “clama a mí y yo te responderé, dice el Señor, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jeremías 33:3). Deja que Cristo actúe en tu vida, depende de él, así conseguirás una vida en plenitud, serás usado por el Señor para llegar a otros, verás su gloria y cumplirás tu propósito.