Madre mil veces, bendita seas madre

Campos Ortega Romero

campolin2010@hotmail.com

El ser humano, desde la antigüedad, ha guardado en lo más íntimo de su alma un emocionado sentimiento de amor por la madre. En el pasado los pueblos expresaban ese sentimiento a través de sus diosas. Los egipcios a través de Isis, diosa de la maternidad. Los griegos, por medio de Rea, madre de todos los dioses. El Imperio Romano, por medio de la diosa Cibeles, hija del cielo, madre de Júpiter, Neptuno y Plutón. En nuestros tiempos la historia, comienza con la acción de la tierna historia de una joven activista: Ana Jarvis de Philadelphia en Norteamérica, que prematuramente pierde a su madre y concibe la idea de consagrar un homenaje, para rendirle tributo a la madre, acción que se realiza en el año de 1903; con su dedicación logra que el homenaje de recordación a las madres se convierta en fiesta nacional el segundo domingo de mayo en el año 1914, con la aprobación delpresidente Woodrow Wilson para posteriormente constituirse en el Día de la Madre.

Al conmemorar el día dedicado a las madres, ¿qué podemos decir —que no se haya dicho—, de este ser invalorable en la vida del ser humano?Sin embargo, en el mes de mayo, ella merece un recordatorio especial. Para la madre nuestra, la que hemos tenido, y para todas las madres del mundo. El hijo es para ella el mayor afecto que existe sobre la tierra. Para ella no existe hijo malo, aunque existan malos hijos. Es su alegría y su dolor. Cuando nace, en el momento de su alumbramiento, la madre llora; luego, despierta, ríe en una explosión de alegría.Y en ese vaivén, de reír y de llorar, transcurre toda la vida maternal. Llora cuando el hijo se ausenta, ríe cuando él regresa. Llora cuando el hijo la hiere, ríe alborozada cuando él la halaga y la mima. Llora cuando el hijo sucumbe a la adversidad, ríe cuando él se yergue triunfante. Llora ante los descalabros del hijo, pero airosa le ofrece su abrigo y amor maternal. Entonces, por eso y por mucho más, el hijo la venera, la siente cerca, muy cerca de su corazón. Y lo expresa tiernamente, acercándose a ella con la flor de su cariño o escribiéndole un verso o un poema. Y la madre ha hecho poetas y ellos le han cantado. “En el mundo hay cosas bellas que nos brindan alegría: las flores, el mar, el cielo. Y sobre todo tú, madre mía”.

La madre del presente tiene un doble reto en la sociedad la “madre trabajadora”no solamente se dedica a su trabajo en el cumplimento de su deber, también está el deber y empeño de salir adelante con su hogar, su familia, sus hijos, para saludar a luz del nuevo día con dignidad y coraje. Nuestro homenaje a las madres, trabajadoras en los diferentes campos del hacer cotidiano, que viven este hermoso momento de sus vidas hacemos público nuestro reconocimiento, por el ejemplo que danque se constituye en un modelo a seguir sus hijos.

Muchas gracias, queridas madres, por recordarnos que el trabajo es uno de los mejores instrumentos que disponemos los seres humanos, para realizarnos como personas para manifestar operativamente nuestra necesidad y obligación de servir a los demás. Ustedes constituyen ejemplo diario del significado y la importancia de trabajar, para construir y al hacerlo benefician a toda la sociedad.

El Día de la Madre constituye un momento especial para las madres ecuatorianas, en este día festivo, hacemos una pausa para celebrar el amor y la comprensión de las mujeres y madres lojanas que nos criaron y formaron por muchos años de paciencia y abnegación. Durante nuestras vidas, las Madres están presentes con una palabra motivadora, un oído comprensivo y un corazón tierno. Ellas fijaron nuestra dirección en la vida, y de vez en cuando nos han corregido nuestro rumbo.

Hoy rendimos nuestro homenaje a la Madre ecuatoriana y a las nuestras que viven en cada rinconcito de nuestra patria chica Loja, porque cada una de ellas reúne los valores que las han hecho ejemplos de vida inmortal. Madre palabra santa, madre palabra de amor, de entrega, de lucha, de amiga, de consejera, madre la que siempre está en las buenas y en las menos buenas, pero…siempre. Por esto y mucho más: Madre mil veces, bendita seas madre. Así sea.