Guineo con sal y serpentinas

A las sonrisas del campo en la calle

“Se ríe el niño dormido

quizás se sienta gorrión esta vez

jugueteando inquieto en los jardines de un lugar

que jamás despierto encontrará”

Almendra

Como los malabaristas

en el espectáculo

los niños trabajan en las autopistas

imaginan globos en los semáforos.

En las celebraciones:

¿Llegan tarde para jugar?

Procuran madrugar para vender

barriletes y frutas asoleadas en el bar.

Como si fueran rehenes

sueñan con escapar

la travesía de sufrir para aprender

sumar la experiencia y evitar restar.

¿Alguna vez supimos

celar la canea del clavo de olor?

La aventura de ser desconocidos

a los ojos que algún día nos amaron.

(De oración para un patojito sin cuna)