Diego Lara León
La parábola de los talentos es quizá una de las más usadas en el ámbito empresarial, si bien es cierto es una historia bíblica, la analogía con el emprendimiento y la administración, deja muchas enseñanzas.
La parábola relata la historia de un hombre rico que antes de partir de viaje, llama a tres de sus ayudantes y les entrega sus bienes. A uno le da cinco talentos, a otro dos y a otro uno, según las habilidades de cada cual. En aquel tiempo, un talento era una unidad de medida de peso, pero en el contexto de la parábola, se utiliza como una representación de riqueza o habilidades.
Después de un largo tiempo, el hombre rico regresa y pide cuentas a sus ayudantes. El que había recibido cinco talentos y lo había multiplicado le presenta ahora diez talentos, y el que había recibido dos talentos le muestra cuatro talentos. Ambos son elogiados por su eficiencia y lealtad, y decide confiarles aún más talentos.
Sin embargo, el ayudante que había recibido un talento presentó solo ese talento, el cual había enterrado. Se justificó diciendo que lo enterró porque tuvo miedo que se lo roben. El hombre rico se mostró enojado y lo llamó negligente y perezoso. Le quitó el talento y se lo entregó a quien tenía diez talentos, y luego expulsó al ayudante inútil.
La lección de la parábola es que se espera que las personas utilicen y multipliquen los talentos o recursos que se les ha dado. Aquellos que son diligentes y productivos con lo que tienen recibirán recompensas adicionales, mientras que aquellos que son negligentes y temerosos serán aislados.
En el contexto empresarial, la parábola de los talentos se interpreta como una llamada a utilizar y desarrollar los talentos y recursos que se nos han confiado. En una empresa, los “talentos” pueden referirse a las habilidades, conocimientos y capacidades que disponemos.
Cuan importante es utilizar nuestros dones y habilidades para el beneficio de los demás y de la empresa. También esta parábola nos invita a ser responsables con lo que se nos han confiado y a no tener miedo, pero si ser prudentes al tomar riesgos y trabajar arduamente para lograr un crecimiento y desarrollo personal.
En cualquier actividad empresarial o de emprendimiento, es muy grave el temor mal manejado y la inacción. El ayudante que enterró su talento por miedo a perderlo, lo perdió todo. En el entorno empresarial, esto puede interpretarse como la importancia de asumir riesgos calculados y tomar decisiones activas en lugar de quedarse estancado por el temor al fracaso.
Lo importante es que sepamos identificar cuales son los talentos que tenemos, todos disponemos de al menos uno. Luego, debemos poner a disposición de la sociedad nuestros talentos, no debemos desperdiciar aquello que podemos ofrecer a nuestra comunidad.
El aprovechar los talentos genera riqueza (física y espiritual). “A quien crea y comparte más se le dará más y a quien no entrega nada, lo poco que tenga se le quitará”.
¡¡No hay mejor misión que aquella que nos permite multiplicar el bien!!
@dflara