César Eduardo Briceño Toledo
El presidente Lenín Moreno, en mayo pasado, concurrió a la Asamblea para entregar el informe de actividades de su gestión, que culminará el 24 de mayo del 2021. Moreno, esbozó cuatro pilares de lo que será su último año de mandato: alimentación, salud, empleo y dolarización. Una ceremonia especial en un salón semidesierto, se desarrolló la ceremonia sin la presencia de asambleístas debido a la emergencia sanitaria que vive Ecuador. Los legisladores correístas de la oposición no siguieron de manera virtual la sesión; actitud que repudió la ciudadanía por la dignidad que ostentan.
En 2017 hizo el mandatario la promesa de 325 mil viviendas en el plan Casa para Todos que se redujo a 220 mil; solo se construyeron 28.116 viviendas. Ofreció generar 250.000 empleos al año, si bien en enero de 2018 aclaró que se trataba de 500.000 en cuatro años; a pesar de que se han despedido centenares de servidores públicos. Prometió remitir a la Asamblea proyectos como la Ley de Anticorrupción y la Ley de Extinción de Dominio; las cuales se encuentran en el limbo. Dijo consolidar instituciones transparentes y democráticas en la Fiscalía, Consejo de la Judicatura y Corte Constitucional; que lamentablemente nos dejó un sabor agridulce la justicia en el caso de la señora Alexandra Ocles, responsable de Gestión de Riesgos. Continúa con la reducción de 21 empresas públicas en el 10%. Sus contradictores expresan que hay un 90% de obra pendiente. El presidente de la Confederación de Servidores Públicos del Ecuador, asegura que en los últimos tres años se desvincularon 340.000 trabajadores públicos y privados. Sin duda contrasta entre lo que se ofreció y lo que se hizo.
Cierto es, que el presidente hace 3 años encontró un país quebrado, no recibió la mesa servida como expresó el mandatario anterior. Gestión gubernamental que se complicó con la migración de miles de venezolanos, los ataques sufridos durante las protestas de octubre, que los sectores productivos señalaron que hubo una pérdida cerca de los 2.500 millones de dólares, la caída del petróleo y la peor pandemia de la historia, el coronavirus. La realidad, según datos recientes del INEC, refleja que el empleo pleno/adecuado pasó de 40,6% en diciembre de 2018 a 38,8% en diciembre de 2019. Y en el futuro, por efectos del virus, se perderían 508.000 empleos. Todavía hay ofertas pendientes como: vivienda y empleo.
El presidente solicitó que a su gabinete se lo deje trabajar, pero también ha pedido que se los fiscalice. Lamentablemente su propio equipo le falló, que se ha visto envuelto en actos de corrupción recientes perpetrados en las casas de salud del país. La nueva aprobación de los dos proyectos de Ley Económico y de Apoyo Humanitario; no son sino soluciones parches sin brújula alguna, en vista de que jamás se elaboró un modelo económico serio y responsable, corrigiendo el despilfarro del pasado. Pedir a los que menos ganan empleados y maestros, exacciones económicas; cuyos salarios están congelados desde hace una década, empeora sus condiciones de vida que ya son deplorables; mientras aquellos que tuvieron pingües ganancias empresariales o bancarias o peor todavía, quienes saquearon al país continúan orondos y lirondos.
La encuestadora Cedatos-Gallup señala que, cuando Moreno llegó al poder en mayo del 2017 su nivel de aprobación fue del 66%. Pero tres años después, a mayo del 2020, descendió al 18,7%. Además, refiere que, en agosto del 2017, Moreno tuvo una aprobación del 77%, “cifra inédita en los gobiernos democráticos desde 1974”. De acuerdo con ese porcentaje, incluso superó a su excoideario en el movimiento Alianza PAIS (AP), Rafael Correa, que llegó a tener el 68%. Con respecto a la credibilidad en la palabra del jefe de Estado, este inició con el 63% en mayo de 2017; pero a mayo del 2020 tiene el 14,7%.
El gobierno está marcado por una crisis económica, social y política para el último año que se advierten las mismas incertidumbres, que se ahondan por la emergencia sanitaria derivada de la pandemia del COVID-19. Sus principales ofertas de campaña electoral se quedaron en el camino. Se respetaron libertades como las de expresión; pero en la lucha contra la corrupción faltó a la promesa de una cirugía mayor, porque faltó el bisturí que se llevaron los morenistas reciclados. ¡Expresó que al término de su mandato no le recuerden, así será… señor!