Alberto Chamba
La pérdida de los principios, es el inicio de la tragedia humana que hoy ahoga a nuestra sociedad con actos delictivos y de la corrupción administrativa mas nefasta de quienes nos gobiernan y representan a la autoridad; gracias a la investigación tajante y decidida de conformidad a los centenares de denuncias recibidas de todos los sectores de la sociedad, la fiscal general ha dado paso al allanamiento para dar con los involucrados en actos delictivos y dar paso al proceso de investigación judicial demostrando así transparencia en el cumplimiento del deber que le compete ante la sociedad. Los resultados alcanzados con el aporte de la policía avergüenza al pueblo ecuatoriano al conocer que quienes nos representan y gobiernan como asambleístas, alcaldes, prefectos y más autoridades sin generalizar no son solo cómplices sino cabecillas de las bandas de corruptos y narcotraficantes que aprovechándose del cargo en plena tragedia del virus que amenaza la vida y el colapso económico y social que desconcierta precisamente cuando el gobierno pregona combatir la corrupción presente en las mismas esferas del Estado.
Si bien es cierto que la mayoría de fiscales a escala nacional cumplen como acusadores del Estado para que se haga justicia a la sociedad; se sienten frustrados al igual que la Policía cuando se encuentran con la piedra de tropiezo en los jueces de la llamada Honorable Corte Suprema de Justicia que en todos los tiempos han sido la puerta de salida de los ladrones y delincuentes sobre todo cuando se trata de politiqueros de alto rango que pueden pagar millones de dólares en sobornos, ese ha sido siempre el pan de cada día de esos jueces que registra la historia desde el tiempo de los cenicerazos entre las bancadas de la derecha y de la izquierda para engañar al pueblo, mientras se pasaban las billetadas por debajo de la mesa, como se prueba en la actualidad cuando decenas de ladrones y delincuentes que saquearon al Estado están muy abantes algunos hasta defendidos por el gobierno. Quizá les dicten sentencia para lavarse las manos cuando están fugitivos y seguir protegidos por algunos jueces que, como dijo la fiscal general “solo sancionan a los que se roban una gallina o un celular”.
La crisis que amenaza disolver a nuestra sociedad y que nos avergüenza ante los ojos de todos los pueblos del mundo, nos convoca a organizarnos en la revolución por la dignidad para rechazar en la conciencia el virus de la corrupción que no tiene vacuna y levantarnos con dignidad para avanzar por el sendero de la libertad.
Por el derecho y la justicia social.