Ética y valores en la educación católica
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P. MILKO RENÉ TORRES ORDÓÑEZ
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La vida tiene caminos diferentes y también puntos de encuentro. Laura Di Verso comenta: “El camino fue una referencia constante en la poesía del autor de Campos de Castilla. Camino como concepto del gran viaje, de toda la vida consumida, de la que ha quedado atrás. Caminante, no hay camino, de Antonio Machado, incluido en Proverbios y cantares, reivindica el camino como presente, recordando ese pasado, pero evitando que nos obsesione, ni él ni el futuro, a la hora de marcar nuestro destino. Proverbios y cantares (XXIX). Caminante, son tus huellas/el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino sino estelas en la mar”. Hablo de este tema y lo relaciono con la ética en la educación católica porque el ejercicio correcto de ella marca un destino. Hace unos días, con motivo de la celebración del día del educador católico, la UEF Santiago Fernández García participó en una conferencia magna del Doctor Simón Espinosa Cordero, humanista y miembro de la Academia de la Lengua Española, buen cristiano y autoridad en este tópico. La ética no se compra, ni se vende, al igual que una buena educación. El modelo por excelencia siempre será Jesús de Nazaret. Para valorarla hay que enseñarla y vivirla. La ética estudia la moral y determina cómo deben actuar los miembros de una sociedad. Es un criterio válido y universal. La educación católica señala un camino, el del orden y el del bien. En un entorno geopolítico como el nuestro, la educación es una prioridad, un reto y genera muchos cuestionamientos. Un análisis profundo, tal como lo planteó el Doctor Simón Espinosa, exige un punto de partida: leer los signos de los tiempos a la luz del Evangelio. ¿Qué sucede en nuestro país? ¿Qué nos enseñan los llamados “padres de la patria” en los distintos poderes del Estado? ¿Qué mensaje positivo nos transmiten? Sus criterios y decisiones influyen en el comportamiento de un conglomerado social muy diverso que incluye a la familia en su totalidad. ¿A los gobiernos de turno les interesa la educación como eje fundamental del progreso de la patria? ¿Las grandes mayorías sociales deben ser educadas? Una correcta lectura de la realidad debe ser alimentada por el examen cotidiano de cada uno de nosotros. La educación no debe improvisarse, tiene que ser planificada, motivada y ejercida por la autocrítica y la libertad. Jesús nos enseña en el Evangelio que la verdad nos hace libres, que entendamos que de quienes son como los niños es el reino de los cielos. Evitar el abuso en todas sus formas, el escándalo y el deterioro integral de su ser. El camino como presente, alimentado por el pasado y proyectado hacia un futuro promisorio y real, puede garantizar la realización de la utopía del amor de Jesús, tan ausente y necesaria en nuestra educación católica, vista como una referencia eficaz para humanizar el mundo.