
El fallecimiento de la reconocida dama lojana, Aura Palacios, deja nostalgia entre sus familiares y a quienes la conocieron por su trabajo, constancia y entrega. Formó parte de la Asociación de Mujeres Comerciantes y Profesionales de Loja (Amucyp), donde también aportó de forma desinteresada.
Aurita, como la conocían sus amigas, creció entre rosas y flores. De su madre, Julia Palacios Moreno, heredó el negocio familiar “Floristería Julia”, que con el paso del tiempo el establecimiento se convirtió en una leyenda con más de 100 años de permanencia, recibiendo varios reconocimientos.
Jakeline Samaniego Coronel, quien tuvo la oportunidad de conocerla, recuerda el esmero que ponía a su trabajo. Dice que hace 30 años, Aurita Palacios fue la encargada de elaborar el arreglo para su boda.
“Nos queda el legado de ejemplo”, sus flores estuvieron presentes en momentos especiales. También compartió sus conocimientos a través de cursos realizados por Amucyp, organización de la que formaba parte.
“Enseñaba con mucha paciencia el arte de la floristería y una serie de manualidades”, refiere Samaniego Coronel.
Vivencias
Ligia León Ojeda, presidenta de Amucyp, indica que conoció a Aurita desde hace muchos años. Era una artesana que tenía el don en sus manos. “Aunque existió diferencia de edad entre las dos, eso no fue un impedimento para compartir agradables momentos”.
Añade que cuando pasaba por las calles Azuay y Pasaje Cinchona donde se ubica la “Floristería Julia”, siempre la encontraba realizando su trabajo con esmero.
“Fue una gran amiga y compañera”. Como socia de Amucyp, también estuvo al servicio de la comunidad y pendiente de las necesidades de otras personas.
Aporte
Son varias las anécdotas que giran en torno al negocio familiar. Aura Palacios supo mantener viva la tradición en lo relacionado a la elaboración de diferentes tipos de arreglos para primeras comuniones, novias, damas y otras ocasiones que forman parte del convivir diario de los lojanos.
Un bonito gesto, resalta León Ojeda, es que con sus manos adornaba la iglesia y la urna de San Sebastián cuando se celebraban las fiestas en honor al Patrono Jurado. (I).